La Calzada de Los Misterios es una avenida de gran importancia para los habitantes del norte de la Ciudad de México. Conecta al Paseo de la Reforma con la Basílica de Guadalupe y es una de las aceras principales que se ve abarrotada de peregrinos guadalupanos cada 12 de diciembre.
Inicios de la Calzada de los Misterios
Debes saber que, en la época prehispánica, este sitio estaba cubierto por el lago de Texcoco y a lo lejos se divisaba un pequeño islote, lugar que ahora conocemos como la Capilla del Pocito en el Cerro del Tepeyac, lugar en donde la Virgen de Guadalupe se le apareció a Juan Diego.
Con el tiempo, ese islote fue tomando relevancia para los españoles, dado que a finales del siglo XVII comenzó la construcción de la primera Basílica de la Nueva España (anteriormente ahí se ubicaba un templo prehispánico dedicado a Tonantzin y después hubo una ermita que resguardaba el sagrado ayate de Juan Diego).
Esta basílica estaba alejada del Palacio virreinal, pero se conectaba a través de dos largas calles donde aún se podían ver estéreos y ciénegas que de repente desaparecían por el lodo.
Dos caminos al Tepeyac
La primera calzada era la llamada “de los potreros” donde existían pequeños encierros con caballerizas y ganado, mismos que se extendían hasta los territorios de Azcapotzalco; Hoy la conocemos como Calzada de Guadalupe.
Por otro lado, estaba el camino del Tepéyacac (Tepeyac, para los españoles) el cual tenía la cualidad de siempre estar cubierto por piedras y tierra que dificultaban el paso a la ermita cuando era tiempo de lluvias, esa calle ahora es la Calzada de los Misterios.
Con el paso del tiempo y del crecimiento poblacional, esta calle fue mucho más relevante por el tránsito comercial de reses y el peregrinar de las personas a un templo tan importante como lo era el dedicado a Santa María Guadalupe.
A través de los años, tanto virreyes como personajes importantes del clero comenzaron a poblar el cerro con capillas y algunos templos de pequeña capacidad que dieron aún más importancia al Tepeyac.
¿Por qué se le llama Calzada de los Misterios?
Por su parte los peregrinos que caminaban por la Calzada de los Misterios iban en silencio y la procesión se guiaba por el rezo del Rosario.
Después de algunos acuerdos, los creyentes comenzaron a construir 15 monumentos de tezontle y piedra –en un inicio se planearon como ermitas- y que representaban precisamente eso: los 15 misterios del Santo Rosario.
“El Camino Santo” o “El Camino de Piedra” como era ya conocido, fue dando paso a ofrendas de flores y pequeños regalos que los feligreses colocaban al pie de los monumentos. Durante mucho tiempo este camino fue testigo de fe y a su vez, de la urbanización.
Después de la independencia, este andador logró estar rodeado de mercados, rastros y comercios tradicionales, creando un ambiente de armonía, pero cuando llegó la época de la industrialización todo comenzó a cambiar…
El pasó de revolucionarios, los saqueos y la entrada del ferrocarril por esta zona tuvieron que ver con la destrucción y desaparición de algunos monumentos, entre ellos, los Misterios.
El rescate
Pero gracias a fotografías y litografías, además del trabajo e investigación de distintas asociaciones, desde el siglo XX se pudieron reconstruir los Misterios para que permaneciera la tradición que representaban, además el rescate de la Calzada como pieza clave de la actividad comercial del país y del Porfiriato.
La visita del papa Juan Pablo II en el 1999 hizo que el gobierno pusiera los ojos en esta transitada calle y es así como se contrataron algunos escultores para recrear los elementos decorativos en los monumentos que mostraban antes solo restos.
Es así como la Calzada de los Misterios fue tomando nuevamente la gran importancia que merece desde tiempos prehispánicos. Actualmente los monumentos están en un proceso de restauración.
Qué ver en la calzada de los Misterios
Además de conocer cada uno de los misterios, fotografiar y apreciar su antiguo arte, también hay interesantes cosas por admirar: mansiones viejísimas que están a punto de caerse; imágenes guadalupanas en las fachadas de las casas; así como residencias coloniales, plazas y estatuas de personajes históricos.
Cuando estés por esta zona de la CDMX sea por creencias religiosas o por viajar y conocer el pasado de la ciudad, debes saber que esas monumentales estructuras tienen más de 300 años.
Los “Misterios” representan testimonios religiosos culturales y un legado que le da identidad al país; pero también están esperando pacientemente que alguien se detenga a admirarlos, entre las calles de una ciudad ocupada. ¡Visítalos!