Eran las 3:00 de la mañana y no podía dormir, me sentía llena de energía, hiperactiva e inquieta. Aunque me obligaba a dormir porque en pocas horas debía levantarme y caminar todo el día, fue casi imposible relajarme. ¿Será la emoción de hacer un recorrido por Machu Picchu?
La Ciudadela de los Incas
No sé si el cambio de altura afecta o las energías se empiezan a sentir cada vez más fuertes por estar cerca de un lugar tan especial, pero lo cierto es que hay algo que impide que descanses bien.
Todo ello lo confirmé conversando con otras personas en el viaje, y todos pasaban por lo mismo.
7:00am. Tomamos el bus camino a este enigmático lugar, una vez que llegamos, subimos un poco los andenes para tener una buena vista.
¡Ahí estaba! la ciudadela de los Incas, me quedé mirando, admirando y asombrándome de su majestuosidad. Era mi momento de estar cerca de mis raíces y sentir una paz tremenda en mi interior.
Machu Picchu ,una ciudad mística
De pronto recordé cuando estuve hace unos años por aquí y me di cuenta que no hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta cuánto has cambiado tú.
Esta ciudad de piedra, oculta entre las grandes montañas y llena de vegetación, se levanta para mostrarnos una construcción mística, sorprendente e imposible de pensar, tanto que te deja por largos momentos sin palabras.
Toda la construcción está ligada a la astronomía y rituales que se dejan ver a lo largo de sus templos y andadores.
Los muros de Machu Picchu son de piedra finamente labrada, tallada y con formas de prismas rectangulares, la unión de los bloques parece perfecta y sin la necesidad de ningún mortero para unirlas.
Nadie sabe cómo hicieron los antepasados para llevar rocas inmensamente grandes hasta este lugar y poder construirlo sin la ayuda de maquinarias como las hay en la actualidad.
¡Todo está perfectamente planeado!
También se puede ver cómo eran sus viviendas de dos pisos, los techos de dos aguas elaborados con paja, o sus ventanas y cavidades en forma trapezoidal teniendo la base más ancha que la parte superior para darle más firmeza a la construcción.
Además ese sistema de drenaje correcto se mantiene hasta la actualidad y se extiende por toda la ciudadela, con un diseño exacto para evitar salpicaduras, encharcamientos y erosión. Todo está perfectamente calculado, construido y planificado.
Machu Picchu es un lugar mágico que te atrapa con su majestuosidad, es imposible describirlo con tan solo unas palabras.
Los guías expertos en la zona, son quienes te llevarán de la mano a conocer los lugares más enigmáticos de la maravillosa cultura Inca y de su aportación al mundo.
Wayna Picchu y Huchuy Picchu
Otro de mis sueños en este viaje era ver a Machu Picchu desde el otro lado, fue así que compramos el ticket con la opción de subir al Wayna Picchu (montaña grande) o también se puede subir al Huchuy Picchu (montaña pequeña). Yo escogí la montaña pequeña y la experiencia ¡Fue fantástica!
La subida al Huchuy Picchu fue muy fácil, no es nada peligrosa ni difícil -como subir al Huayna Picchu-, lo recomiendo para cualquier persona que no puede hacer grandes excursiones, pero que quiere cumplir este sueño.
Subir entre piedras, abundante vegetación y animales silvestres, son parte del encanto de esta aventura.
Pero donde se desenlaza todo es cuando llegas a la cima, ahí desde lo alto puedes ver la otra cara de Machu Picchu acompañada de un sinfín de mariposas de todos los colores volando rápidamente mientras un silencio ensordecedor te abraza y te mantiene suspendido en el tiempo.
¡Por algo la UNESCO declaro desde 1983 este lugar como Patrimonio Mundial de la Humanidad!
De regreso a Cuzco
Había llegado la hora de regresar a Cuzco, pero para terminar este hermoso viaje, me esperaba un clásico y bonito tren, lleno de música andina, de alegres y coloridos bailes que fueron el marco ideal para una pasarela de ropa con lindos tejidos de alpaca y vicuña, los cuales son como diamantes en Perú.
Ya en Cuzco me encontré con la historia, el orgullo, la grandeza en todos sus rincones, y con ese cielo azul de grandes y esponjosas nubes.
Me emocioné con el frío de la noche y la luz ámbar de las calles, con sus mujeres trabajando las artesanías, pero sobre todo, pude ver cómo los turistas estaban felices y fascinados en cada esquina… como yo lo estaba.
Si te gustan este tipo de escenarios y los lugares auténticos como a mí, entonces debes llegar a Cuzco en donde la gente local es acogedora, educada y sonriente.
Te encantará percibir cómo se mantiene el acento español y el quechua como parte de una cultura arraigada.
La energía de Machu Picchu se mezcla con la magia de Cuzco y juntos hacen la combinación más auténtica que ningún viajero nunca antes experimentó. #NuncaDejesDeViajar.
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