Existen paraísos terrenales, pero también lugares asombrosos que parecieran ser la puerta al mismo infierno, tal es el caso del antiguo Monte Quimera en Turquía, hoy llamado Yanartaş.
Como si se tratara de una película de acción en donde el fuego aparece en el suelo de la nada; en Turquía podrás experimentar este fenómeno natural.
Incluso podrás disfrutar de acampar por la noche y hasta asar alimentos en las brazas que la misma Tierra regala, sin duda sería una experiencia muy grata.
Muchos de nosotros hemos viajado para ver monumentos o exquisitas obras de arte hechas por el hombre. Y por cierto, Turquía ofrece muchas maravillas turísticas, descúbrelas.
Otros de nosotros lo hemos hecho para admirar algún fenómeno de la naturaleza y eso es precisamente un buen pretexto para ir en busca de uno de esos milagros que nos ofrece la Madre Tierra.
La montaña que se ha quemando por miles de años
En el corazón del Parque Nacional Olimpos existe una montaña que se ha venido quemando por miles de años y no estoy exagerando, es un paraje que arde en deseos porque lo visites.
En ese lugar llamado Yanartas (o piedras en llamas) se pueden observar decenas de pequeñas flamas que arden constantemente por el metano que se escapa del subsuelo.
Es una sencilla explicación para los geógrafos, pero para nosotros como viajeros es ver fuego controlado en su máximo esplendor cuyas antorchas iluminan eternamente un paisaje digno de visitarse y tomar fotos.
Se cree que la primera aparición del fuego en esta área se debió a un rayo que cayó sobre las rocas encendiendo la chispa que esparciera el milagro alrededor de los 5 mil metros cuadrados.
Quimera, el monstruo que vomitaba fuego
Al decir la palabra Quimera, se viene a la mente un monstruo mitológico que escupía fuego en lugar de un lugar encantador al sur de Turquía.
La flama de esta montaña es tan antigua que incluso está presente en la mitología griega, la leyenda cuenta que Quimera fue asesinado en su guarida por el héroe Belerofonte,
Al ser un gran dragón temible e indestructible, su fuego está condenado a permanecer eternamente ardiendo en un sitio como este.
Las llamas sirvieron como un faro natural que prevenía el camino de las embarcaciones que se acercaban a la costa.
Seres mitológicos y fantásticos Foto: Quimera Historia
Imagina las primeras impresiones de los marineros al enfrentarse a esas flamas que aprecian ser indestructibles y que se presentaban ante ellos como una guía en el camino.
Aunque la influencia mitológica ha ido perdiendo terreno, la fuerza con la que brillan todos los días no se ha disminuido, sin embargo las emisiones cambian de acuerdo a la estación del año en la que se visite.
“Flamas eternas”
Para llegar a las “Flamas eternas” es indispensable emprender una caminata que si bien es larga, no deja de ser estimulante, ya que podrás presenciar esta bonita experiencia única.
En invierno son más ardientes y generosas debido a la presión atmosférica. Así que si decides visitarlas, ten en cuenta que los meses más fríos son los que te darán una mejor panorámica.
La aventura inicia en Villa de Çıralı, desde donde puedes tomar una bicicleta o un automóvil hasta la base de la montaña. Si eres muy valiente puedes emprender el camino desde la playa por el sendero marcado.
Una vez arriba tendrás que pagar la entrada al parque y recorrer el último tramo lleno de escalones, te recomiendo visitarlo cuando empieza a caer la noche.
Para que cuando llegues a la cima puedas observar un poco de la vista espectacular que hay desde allá arriba y además puedas ver como poco a poco las llamas empiezan a alumbrar la obscuridad.
Lleva contigo una lámpara para que al descender no te tropieces; por supuesto unas buenas botas para la caminata.
Muchos viajeros llevan una tetera y otros se divierten prendiendo ramas. Tú podrías llevar unos bolsa de bombones para quemarlos en una fogata natural y compartirla con otros visitantes.
Lo más importante es que admires este milagro y te des cuenta que la naturaleza tiene miles de maravillas para sorprendernos todos los días. No te pierdas el siguiente video grabado por un ardiente viajero:
#NuncaDejesDeViajar