Los seres humanos hemos expresado nuestras emociones a través de la pintura, escultura o música desde épocas milenarias. Las pinturas rupestres de Baja California son un ejemplo de ello.
De esa manera, resulta muy conmovedor observar objetos antiguos que nos revelan el estilo de vida o la cosmogonía de una cultura muy lejana.
Pinturas rupestres de Baja California
Una de las expresiones más antiguas de arte que encontramos en México son las pinturas rupestres ubicadas en la Sierra de San Francisco, Baja California Sur.
Las investigaciones científicas calculan que cuando menos tienen 7,500 años de antigüedad, sin embargo no se ha podido determinar cuál fue el grupo étnico que las inspiró, se cree que fueron los predecesores de los Cochimíes.
Historias en las pinturas rupestres
Las pinturas se encuentran distribuidas en una serie de cavernas poco accesibles, son muy numerosas y cada una de ellas nos cuenta una historia diferente acerca de la vida diaria.
Desafortunadamente, son pocos los estudios que se han llevado a cabo, por lo que le suma importancia a su preservación.
Para emprender nuestro viaje es necesario trasladarnos a la población de San Ignacio en donde podremos gestionar todos los permisos necesarios para nuestra travesía.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH requiere que usemos los servicios de un guía de turistas especializado que no sólo nos señalará la ruta, sino también nos contará anécdotas y leyendas.
El camino es largo y sinuoso, el recorrido más corto consta de tres días, algunos prefieren realizarlo a pie mientras que otros más alquilan mulas. Así, rodeados de cactus y matorrales nos preparamos para la extraordinaria experiencia del encuentro con el pasado.
Imagina pasar la noche acampando en el paraje autorizado llamado “El Cacarizo”, mirando el cielo estrellado de Baja California, escuchando el sonido enigmático del desierto que escolta tu velada.
No está permitido hacer fogatas para la protección del ecosistema, además, el cuidado del agua y la basura se cuidan rigurosamente.
Tierras de Baja California, testigos del pasado
Se han llegado a contar hasta 320 cuevas de este tipo, entre las más importantes abiertas al público encontramos a las cuevas de La pintada, Las flechas, Los Músicos, La Soledad, Cuesta Palmarito, Boca de San Julio y el Ratón.
En algunas obras podremos ver hombres y mujeres bicolores de tamaño natural, en otras podremos observar a sus presas siendo cazadas.
Así los colores ocre, negro, amarillo, rojo y blanco le dan forma al vestigio más importante de esta concentración humana.
Como es de suponerse, su elaboración tomo muchos años, las diferencias de estilo entre formas y colores nos revela que fue el resultado del trabajo de generaciones enteras.
Los murales son gigantescos, algunos están pintados en la parte más alta de la cueva, lo que nos hace pensar que tuvieron que haber construido una serie de andamios para alcanzarlos.
Las pinturas rupestres de Baja California fueron declaradas patrimonio de La Humanidad por la UNESCO en el año 1993, lo que garantiza su conservación como una herencia para el futuro.
Más allá de la admiración
El verdadero valor de visitar las Pinturas Rupestres de Baja California no radica en la mera contemplación, sino en una comunicación entre individuos separados por los siglos.
¿Qué nos habrán querido contar de su vida? ¿Habrá algo mas allá de lo que vemos a simple vista? ¿Acaso es el resultado de rituales mágicos o religiosos?
Quizá algún día lo sabremos con exactitud pero mientras tanto hay que aprovechar de este tesoro de valor incalculable.
Visita la Sierra de San Francisco, vale la pena desde el camino, el paisaje, la noche estrellada y el arte rupestre como clímax de una mística experiencia. #Nuncadejesdeviajar.