Chihuahua es un estado que alberga una gran variedad de paisajes, culturas y tradiciones, que lo convierten en un destino turístico y artístico de primer nivel.
Una muestra de ello es la película “37 kilómetros”, una obra del cineasta mexicano Rafael Montero, que nos invita a conocer la cultura rarámuri, una de las etnias indígenas más antiguas y fascinantes de México.
En este artículo, te contamos los detalles de este filme, que es un homenaje a la belleza y la sabiduría de Chihuahua y sus habitantes.
Conoce a los rarámuri, los protagonistas de “37 kilómetros”
La cultura rarámuri es una de las más ricas y diversas de México, y ha logrado preservar sus tradiciones y su lengua a pesar de los embates de la historia. Los rarámuri, que significa “corredores a pie”, viven en la Sierra Tarahumara, un territorio de montañas y barrancas que alberga una gran variedad de flora y fauna.
Su cosmogonía se basa en la creencia de que todo lo que existe tiene un espíritu, y que los seres humanos deben mantener una relación de reciprocidad y equilibrio con la naturaleza y el cosmos. Su forma de vida se refleja en sus rituales, sus danzas, su música, su arte y su gastronomía, que expresan su identidad y su sabiduría.
La película “37 kilómetros” muestra un aspecto de esta cultura, y es una oportunidad para conocer y valorar la diversidad y la riqueza de México.
¿De qué trata la película?
Alonso del Valle es un profesor de literatura que vive una vida vacía y superficial, alejado de su esposa Ximena y su hija Dulce, que tiene autismo. Por falta de pago, pierde el seguro médico de su familia, lo que pone en riesgo la salud de su hija.
Desesperado, acepta participar en un maratón en la Ciudad de México, con la esperanza de ganar el premio y salvar a su hija. Sin embargo, no tiene ninguna experiencia ni condición física para correr.
Por casualidad, conoce a dos corredores tarahumaras, Ángel y Arnulfo, que le ofrecen entrenarlo en su comunidad. Alonso decide viajar a Chihuahua y seguirlos, sin saber lo que le espera. En su camino, descubre los paisajes impresionantes de la Sierra Tarahumara, la cultura milenaria de los rarámuri, y sobre todo, a sí mismo.
Alonso se enfrenta a sus miedos, sus prejuicios y sus errores, y aprende a valorar lo que realmente importa en la vida.
Chihuahua, el nuevo destino de moda en el cine.
El rodaje de la película se llevó a cabo en la ciudad de Chihuahua y en la Sierra Tarahumara. Los actores y el equipo de producción quedaron impresionados por la belleza natural de esta región, y la experiencia de vivir en Chihuahua les dejó un recuerdo imborrable.
El fixer chihuahuense Roberto Carranza fue clave para concretar las locaciones de la película. Gracias a su conocimiento de la región, el equipo pudo filmar en lugares emblemáticos como Quinta Gameros, La Cocinería Bistró, Creel, Basihuare, Rejogochi, Huaeachi, Kusárare, Lago de Arareko, Divisadero, San Isidro y San Pedro.
¡No te pierdas la película más inspiradora del año!
“37 kilómetros” es una película que combina un mensaje positivo con imágenes de gran belleza. La historia de Alonso es conmovedora y nos invita a reflexionar sobre la importancia de la familia y la superación personal. Las escenas rodadas en la Sierra Tarahumara son espectaculares y nos permiten apreciar la riqueza cultural de la comunidad rarámuri.
La película está disponible en la plataforma VIX en Estados Unidos y se espera que su distribución a nivel nacional se concrete en los próximos meses.
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