Entre los años de 1547 y 1552, en Bormazo, Italia, el duque Pier Francesco II Orsini —también conocido como Vicino Orsini— sufrió una de las pérdidas más importantes de su vida… la muerte de su esposa Julia Farnesio. Como una forma de llevar su duelo, Francesco contactó al pintor y arquitecto Pirro Ligorio para que le construyera un espacio que le diera serenidad a sus pensamientos más misteriosos y llenos de dolor.
En esos tiempos, Ligorio había continuado parte de la construcción de la Basílica de San Pedro, después del fallecimiento de Miguel Ángel, por lo que el pedido del duque Vicino parecía un reto interesante en contraste con su trabajo sacro. Aun así, creo un espacio, con apoyo del escultor Simone Moschino, que al día de hoy sigue siendo admirado… Se trata del Parco dei Mostri, o traducido del italiano, el Parque de los Monstruos.
CONSTRUYENDO desde el DOLOR
Ubicado a poco menos de 2 horas de Roma, el Parque de los Monstruos, también conocido como Parco dei Mostri o Sacro Bosco, es un parque de 5 hectáreas en el que se encuentran esculturas con una apariencia bastante extraña e intrigante. Lo primero que podrás notar es su diseño bastante peculiar, que comparándolo con otros espacios renacentistas, donde las obras estaban ordenadas y simétricas, aquí todo es un completo caos.
Recuerda que se trata de un espacio donde Vicino llevaría el duelo de la muerte de su esposa, por lo que se invita a los visitantes a tener un recorrido libre. La inspiración de Ligorio fueron las criaturas que existían en algunas catedrales medievales, como arpías, dragones u ogros. A esto se le sumaron animales como leones, perros, tortugas y también dioses romanos, pero con un toque monumental. Todas las esculturas están hechas con peperino: Una roca volcánica que contiene pequeños cristales.
Los HABITANTES del PARQUE de los MONSTRUOS
Una vez entrando al Parque de los Monstruos, podrás notar dos esfinges, ambas con una descripción que invita a los viajeros a disfrutar del parque, pidiéndole valorar lo que vea, para tener una experiencia inolvidable. De hecho, en una de estas inscripciones se puede leer: Vosotros que entráis aquí, considerad lo que véis y luego decidme si tantas maravillas están hechas por el engaño o por el arte…
Más adelante podrás encontrarte con la cabeza de un monstruo con figura de pez; este es Proteo-Glauco, una leyenda que cuenta la historia de un pescador que, al comer una hierba divina, se convirtió en un dios marino. También está una obra donde Hércules, el semidios hijo de Zeus, está descuartizando a Caco, el hijo del dios Vulcano.
Cada estatua tiene significados un poco abstractos, utilizando a monstruos o animales para la representación de sentimientos de asombro, misterio, tristeza e inquietud. Como ejemplo está El Elefante de la Guerra: Una escultura de un elefante con un soldado romano y una torre.
El dios romano del mar Neptuno recostado y el pegaso alado, pero quizá la obra más destacada del lugar es una cabeza gigante de orco, que parece estar gritando, y en la que, a través de su boca, puedes entrar a un cuarto circular, donde hay una mesa para comer y pasar el rato.
En sus labios se puede leer una inscripción que dice: Dejad todo pensamiento los que aquí entráis, siendo una forma de invitar al visitante a que no tenga miedo de lo que haya adentro.
Un MUNDO de CABEZA
En el Parque de los Monstruos también hay estructuras arquitectónicas muy interesantes, como, por ejemplo, la Casa Inclinada; una estructura bastante peculiar, que fue construida de forma que crea un efecto que hace que pierdas el piso.
Y claro que no podemos olvidar el principal motivo para la creación de este lugar. Es por ello que también existe el Templo de la Eternidad, dedicado a Julia Farnesio, la esposa del duque.
El resurgir del PARQUE de los MONSTRUOS
Después del fallecimiento de Vicino, el Parque de los Monstruos quedó abandonado durante años, hasta 1948, que Salvador Dalí, uno de los artistas más influyentes de la historia, visitó el parque y quedó asombrado. De hecho, se cree que este parque sería parte de la inspiración del movimiento surrealismo que encabezaba, gracias a su diseño tan extraño y poco ortodoxo para la época.
Fue entonces que Dalí realizó un cortometraje en este lugar, de donde también se inspiró para pintar su obra La tentación de San Antonio. La familia Bottineli, una de las familias más antiguas de Italia, quedó fascinada con el trabajo del artista, lo que a su vez hizo que también se interesaran en el parque, por lo que, en 1954, compraron sus terrenos y comenzaron su remodelación, que terminó hasta los años 70.
Otro artista que también quedaría maravillado por este lugar sería el escritor y periodista argentino Manuel Mujica Lainez, quien escribió la novela Bomarzo. Esta novela habla de las desgracias y hazañas del duque Vicino y de cómo fue construyendo el Parque de los Monstruos. Esta novela tuvo una adaptación cinematográfica en el año 2007, donde incluso se grabaron escenas en el parque.
Aunque precisamente un año antes, en 2006, el Parque de los Monstruos fue incluido en una lista de villas de la nobleza papal, lo que valió para convertirse en un Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.
¿Cómo llegar al PARQUE de los MONSTRUOS?
Al estar en una zona alejada en medio de Italia, hay muy pocas opciones para llegar a Bomarzo en transporte público; existen algunos medios que salen desde Viterbo o de Orte, pequeños pueblos aledaños. Es por eso que la mejor opción es alquilar un auto en Roma y tomar la autopista Attigliano. De marzo a septiembre, las visitas son dentro de un horario de 09:00 a.m. a 07:00 p.m. y de octubre a febrero son de 08:00 a.m. a 05:00 p.m.
El costo de entrada para adultos es de 13 euros ($290 MXN o $15 USD). Para niños de 4 a 13 años, el costo es de 8 euros ($180 MXN o $9 USD) y para personas con movilidad limitada, la entrada es gratuita.
Así que si buscas un lugar donde la tristeza se fusione con una significativa e interesante expresión artística, entonces el Parque de los Monstruos en Italia podría ser tu siguiente parada; pero no olvides… Dejad todo pensamiento los que aquí entráis… ❖
#NuncaDejesDeViajar