La carretera recta de Chihuahua y el árido desierto, son la combinación perfecta que aumentan los nervios al aproximarse al pueblo de Naica, donde conocerás las Minas de Naica
Al comienzo nos encontramos con calles repletas de mujeres y niños, quienes son el recordatorio que los hombres del poblado se encuentran bajo tierra y que a su debido momento regresarán.
Los cristales
La actividad minera es la que le da vida a este lugar y de la cual dependen desde el siglo XVIII.
Como resultado el plomo y la plata son los principales materiales que se extraen sin cesar.
No obstante su verdadero valor va más allá del económico e industrial, por ello en su interior hay algo único y especial que resplandece e ilumina; los cristales.
En primer lugar, el descenso empieza por la rampa “San Francisco”.
Poco a poco se deja atrás todo rastro de luz y se acostumbra las pupilas a la oscuridad que debo aceptar hasta ese momento no conocía por completo.
Escena de ciencia ficción
Los diversos túneles y niveles hacen que uno pierda el sentido de orientación y los segundos se transforman en horas al querer llegar al lugar deseado.
Naica es como si uno estuviera en una escena de ciencia ficción, debido a lo que nos viene a la cabeza al pisar por primera vez alguna de las cuevas, el calor escurre por la piel y los lentes de las cámaras se empañan.
Cueva de las espadas en Minas de Naica
No se puede estar mucho tiempo dentro de las cuevas, debido al calor que va de los 45 o 50 grados y la humedad del 100, sin embargo cada segundo cuenta y hace que valga la pena.
Existen cuatro cuevas, en primer lugar tenemos la cueva de las espadas.
La cual se tiene conocimiento desde hace unos cien años, sus cristales asemejan espadas que sobresalen de las paredes y llegan a medir dos metros y están repletas de polen y otros restos biológicos.
Cueva de las velas en Minas de Naica
En segundo lugar está la cueva de las velas, la más grande y la de más reciente formación su nombre se lo dan los cristales más pequeños y delicados creados por el descenso del agua dentro de la mina.
El ojo de la reina es cambio es una particular caverna que al ser iluminada nos da la sensación de que el alma misma de la mina nos estuviera observando, el verla directamente posiblemente podría hechizarlos.
Cueva de los cristales en Minas de Naica
Después tenemos la cueva de los cristales es la que nos deja sin aliento, son mega formaciones de selenita que se elevan del suelo.
Miden de seis a once metros y se tocan entre ellas por las alturas cual si de gigantes se tratara.
Se multiplican conforme uno avanza y pareciera no tener fin, es descubrir el secreto más íntimo de la montaña y convertirse en su mejor cómplice.
Por esta razón hierve la sangre y se exaltan los sentidos de saber que aquellas formaciones tuvieron que pasar por millones de años para poderse desarrollar y convertirse en una maravilla de nuestra era.
Dicen que no cualquiera puede descender debido a las circunstancias físicas del lugar.
Como resultado aquellos que lo logran, pueden tal vez marcar aquella fecha en el calendario como el día en que se encontraron realmente con la tierra y con todos sus inexplicables milagros.
#NuncaDejesdeViajar
GALERÍA DE IMÁGENES