Desde la primera vez que llegué a La Paz, sabía que era un destino diferente y no sólo por su nombre que nos remonta a un paraíso de descanso; sino porque de verdad eso vas a encontrar.
Hermosas playas, atardeceres inolvidables y una gastronomía de mar deliciosa.
Entonces el objetivo del viaje era estar cerca de ellos y aprender un poco más de esta especie que vive ahí de forma permanente en los islotes que se encuentran al norte de la isla.
Preparativos para el nado con lobos marinos en La Paz
Para tener este emocionante encuentro tuve que llegar a la Paz y después contratar un tour con Red Travel, un operador turístico con suficiente experiencia.
Un grupo de viajeros llegamos a la Marina FONATUR alrededor de las 8am y ahí nos estaban esperando con una embarcación y el equipo de snorkel.
Tuvimos que probarnos las aletas y el traje de neopreno, este no sería necesario si fuera en verano porque el agua es templada.
Pero nosotros decidimos hacer este viaje en pleno invierno aprovechando que es época de ballenas Grises para hacer este viaje a La Paz.
Rumbo a Espíritu Santo
Una vez listos con todo nuestro equipo, subimos a la embarcación rumbo a la isla Espíritu Santo, había mucho que conocer en un trayecto de dos horas a una distancia de 52km.
Si tú eres de las personas que se marean fácilmente, no olvides tomarte una pastilla una media hora antes de embarcarte. Es importante que portes el chaleco salvavidas durante todo el trayecto.
Y así fuimos recorriendo la parte oeste de la Isla Espíritu Santo para ver las formaciones rocosas que se iban presentando frente a nosotros mostrando sus enormes acantilados y formaciones.
La mayoría de los muros revelan claramente las capas de la tierra de distintos colores, una muestra de que han transcurrido millones de años para que se formara esta isla.
Una parada obligatoria es llegar a un islote llamado “El Merito” en donde anidan varías pájaros, pero en especial un ave migratoria llamada garza gris-azul la cual llega a este lugar para invernar.
Además de tener a sus crías en medio de los cactus y los arboles desérticos, pero eso sí, aisladas de depredadores como iguanas y aves de rapiña, un lugar perfecto para disfrutar de dicha especie fantástica.
Continuando el camino podrás ver a lo lejos la Sierra de la Giganta, una hermosa cordillera de montañas que comienza desde la Paz y corre por toda la península.
Y así después de escuchar la explicación del guía, llegamos al norte de la Isla Partida en donde se encuentra La Lobera.
Los islotes, hogar de lobos marinos
Este lugar es el paraíso para los lobos marinos el cual se encuentra alejado de depredadores como orcas y tiburones.
Aquí hay una colonia de casi 600 lobos los cuales algunos descansan por largas jornadas, mientras que otros se divierten nadando y curioseando entre los arrecifes de coral.
La embarcación se acercó lentamente para que nosotros pudiéramos tomar algunas fotos.
Debíamos estar atentos a las indicaciones del guía para que la experiencia de nadar junto a ellos fuera inolvidable.
Una vez que nos alistamos con el equipo, estábamos preparados y emocionados para ver lo que había allí abajo… ¡solo faltaba escuchar el splash para entonces entrar al mundo del silencio!
No tuvimos que avanzar mucho para encontrarnos con los primeros lobos marinos, juguetones y curiosos, bailarines de cuerpos aerodinámicos se acercaban curiosos sin la mínima intención de hacernos daño.
Al contrario, parece que les gusta que los vengan a ver a casa y claro que saben que los amamos.
Todo el tiempo debes recordar las indicaciones, no acercarse mucho a las rocas de los islotes, porque eso sí, son muy territoriales y seguramente el macho alfa anda por ahí cuidando a su manada.
“Salofus californianos” o frente prominente, es el nombre de esta especie, refiriéndose al macho y al cual es fácil de identificar; por su parte la hembra tiene la cabeza más plana y anda detrás de los juveniles o lobatos.
Estos últimos son como perritos curiosos que se acercan a ti con la intención de mordisquearte o jugar.
Parece increíble como ellos mismos te van dando tranquilidad y si te descuidas casi estarán encima los muy confianzudos.
Los lobos marinos están acostumbrados a los nadadores, así que no había necesidad de preocuparse y en lo personal me concentré en respetarlos mientras estaba junto a ellos, no hay necesidad de tocarlos.
Arrecife en la lobera
También hay mucho que ver ahí abajo, el arrecife está hermoso y hay varias plantas, corales y estrellas de mar; además de cientos de peces de colores que lo hacen ver como todo un paraíso.
Los lobos no se alimentan de estos peces, deben ir a buscar sus favoritos –los aceitosos- a lugares más alejados y profundos.
Una vez que estuvimos ahí alrededor de 40 minutos, debíamos regresar a la embarcación, porque eso de nadar, aunque traigas aletas y chaleco, también cansa.
Playa El Mezteño
Pero la experiencia no termina ahí, camino de regreso, pudimos ver una veintena de hermosas playas vírgenes de arena blanca y debíamos escoger una para pasar el resto de la tarde.
Nos fuimos por “El Mezteño”. Una bahía solitaria de color azul turquesa nos aguardaba para el lunch.
Mientras los viajeros nos bajamos de la embarcación para caminar sobre el agua y disfrutar así de esta hermosa playa, el capitán y nuestro guía ponen una sombrilla y preparan un delicioso ceviche y bebidas para todos.
Y así pasamos otro rato con un mar apacible y cristalino, unas montañas desérticas y llenas de secretos que solo podrás descubrir si te embarcas en una experiencia como estas, de otra forma, no hay manera de llegar.
De regreso pasamos por San Gabriel, otra hermosa bahía en donde anidan cientos de escandalosas aves, y el agua se torna verde limón, otro paraíso bien guardado.
Dicen que en otra época esta playa fue criadero de perlas ya que se encuentra amurallada con cientos de piedras.
Regreso a La Paz
Así terminó nuestra experiencia, mientras el sol se iba alejando lentamente y la embarcación llegaba a La Paz, nosotros estábamos listos para ir descansar a este destino que le hace honor a su nombre.
La naturaleza ha sido muy amable con la Isla Espíritu Santo, es un secreto que no querrás compartir con todos, solamente con aquellos que sabes que van a cuidar y respetar este entorno.
Si llegaste hasta el final de esta lectura, entonces ahora sabes que debes hacer esta experiencia tuya para que ya nadie más te lo cuente. ¡Lo vas a disfrutar tanto como yo! ¡Vive La Paz! #NuncaDejesDeViajar