Sabemos que estamos ante una verdadera obra de arte cuando al mirarla el tiempo se congela dejándonos sumisos ante su belleza o complejidad. Por ello, la importancia de un museo.
Es precisamente el sentimiento de perplejidad el que nos recibe a la entrada del Museo Federico Silva en San Luis Potosí.
En su entrada se localiza una pieza de proporciones monumentales llamada “Puerta al Paraíso” un arco de piedra con incrustaciones de metal que asemejan clavos por toda su fachada.
Un visita peculiar al museo
Una propuesta irónica pero muy real de las vicisitudes que tenemos que sortear si queremos alcanzar la redención.
Y así como en la vida, en el museo tenemos la opción de simplemente rodear la escultura y pretender que la invitación no llevaba nuestro nombre.
La escultura nunca ha sido mi parte plástica favorita, sin embargo cuando uno tiene la oportunidad de precisar una colección tan provocadora como esta, no queda más remedio que quedar rendido a sus pies.
Museo Federico Silva
Es el primero en Latinoamérica dedicado a la escultura contemporánea, etiqueta que produce reacciones encontradas, por un lado alberga obras de reciente creación, pero que han sido inspiradas por objetos prehispánicos.
Su creador es Federico Silva, un artista que a sus más de 90 años sigue trabajando en el proceso de combinar aspectos científicos y artísticos en base a modelos matemáticos.
Su exploración plástica lo ha llevado a encontrar refugio en elementos como el acero, la piedra y el mármol.
Un paseo por el museo
A lo largo de las salas del museo Federico Silva se encuentran esparcidas diversas piezas que juegan a contemplarse las unas a las otras.
La mayoría de ellas nos recuerdan esculturas aztecas y mayas que se ha conservado en el tiempo. Como Chac, el dios de la lluvia, o Echécatl, el dios del viento.
Una vez que logramos identificar el parecido de una pieza con esculturas ancestrales, las demás empiezan a cobrar vida por sí mismas.
Una experiencia inolvidable
Es como entrar en un déjà vu donde cada obra es un viejo conocido, como abrir un ojo que hasta ese momento permanecía dormido.
Entre mariposas de piedra y murciélagos petrificados, entramos a un mundo re-imaginado, un cover o un remix de los grandioso vestigios de culturas ancestrales. Una interpretación muy al estilo del maestro Silva.
Existe una pieza que rinde homenaje al ser humano, solo visible si se desciende por unas escaleras hacia un sótano simulado, su nombre es Scriptum, una roca gigantesca bajo un domo de estrechas proporciones.
Alcance de la exposición
Su claustrofóbica presencia es una prueba de que en su proceso creativo no solo se tomó en cuenta el resultado final, sino también las técnicas prehispánica de construcción.
La mejor forma de describirlo es como si acabáramos de descubrir una tumba oculta de un gobernante olvidado.
El museo Federico Silva tiene 80 esculturas en su colección permanente, también alberga exposiciones temporales en la que han desfilado artistas como Kiyoto Ota, Mathias Goeritz y Silva Lombardo, entre otros.
No es solo historia
Otro aspecto que no se puede dejar a un lado es el edificio en si mismo, su historia data del siglo XVII cuando fungía como un hospital que atendía a los trabajadores de la mina del Cerro de San Pedro.
También sirvió como una escuela-modelo para las demás del país. En el año 2000 empezaron los trabajos para adecuar los espacios del museo y su actual función.
Es realmente un verdadero esfuerzo para descentralizar el acceso a la cultura y ofrecer alternativas de arte en San Luis Potosí, ¡Una sorpresa para locales y visitantes!
Información de interés
No dejes de visitar el Museo Federico Silva, te aseguramos que te vas a sorprender. Cuando estés ahí, trata de buscar los aluxes escondidos (duendes mayas) que son el símbolo del museo.
Museo Federico Silva, Álvaro Obregón 80, Centro, 78000 San Luis, S.L.P. Tel. 01 444 812 384. Hotel María Dolores, Av. Benito Juárez S/N, Zona Hotelera, 78390 San Luis. Tel. 01 444 822 18 82
Ven a visitar este increíble museo y recuerda #NuncaDejesDeViajar