¿Qué hacer en Mayapán? Qué emoción llegar a cada sitio arqueológico y saber su historia y lo importante que llegó a ser en su época de apogeo.
Cada ciudad maya tiene un encanto distinto y uno de los sitios arqueológicos más bellos del Mundo Maya fue precisamente un lugar sagrado: Mayapán.
Te recomiendo que primero pases al pueblo maya de Acanceh para conocer el testimonio vivo y real de las personas de ascendencia maya.
¿Qué hacer en Mayapán?
Llegar ahí es un viaje al pasado pero que se vive en el presente. Podrás ver su iglesia, el mercado y una pirámide en el mero centro del lugar.
En este bello pueblito podrás ver cómo la vestimenta y las casas son parte de una cultura que se desarrolló cercana a las grandes ciudades.
Una ciudad preponderante
Mayapán fue un lugar de adoratorios, templos y edificios sagrados de una ciudad que tuvo un auge propio.
Los templos que se han restaurado son el vivo testimonio de que fue una ciudad donde se veneraban dioses como el mismo Chaac, dios de la lluvia.
El cual podemos ver labrado en piedra en algunos edificios con ojos, orejeras y nariz en forma de trompa de elefante.
Otros templos siguen aguardando a ser descubiertos y ahora lucen como pequeños cerros o montículos en medio de la vegetación.
Pero al saber que es un terreno llano, es lógico que esta ciudad fue muy grande en extensión ya que son decenas de estructuras que se ubican entre la selva.
Lo que más me parece interesante de Mayapán es la similitud que tuvo con Chichen Itzá.
Parecía que los patrones se repetían y que en cierta manera llegaron a ser ciudades hermanas, claro la evidencia de herencia tolteca es muy clara.
De acuerdo a los testimonios, escritos y leyendas se cuenta que la vida comercial y religiosa de Mayapán finaliza con una guerra.
Los gobernantes y personajes importantes mayas habían sido invitados incluyendo al príncipe Canek de Chichen Itzá.
Quien después de intentar atrasar la boda, se presentó robándose a la novia, informando a todos los concurrentes que ellos se amaban.
Con esto se armó una gran disputa entre ciudades; Mayapán y Uxmal le declararon la guerra a los pobladores de Chichen Itzá.
Estos conflictos se extendieron y posteriormente Mayapán fue invadido y la dinastía de los Cocomes fue asesinada.
Recordemos entonces que los mayas no desaparecieron por arte de magia ni se los llevaron los ovnis, simplemente se adentraron en las poblaciones aledañas.
Las ciudades se siguieron adorando por cientos de años pero solo llevando ofrenda a sus templos.
Pixyá
Después de visitar Mayapán te recomiendo seguir un poquito más allá de tu viaje a un colorido pueblo maya que como todos, fue evangelizado: Pixyá
Pero el fervor religioso les duró por mucho tiempo en este lugar, tanto que las casas, comercios, tinacos, árboles y hasta autos, tienen escritos una serie de versículos.
Es sumamente curioso ver como la vida cotidiana de un pueblo maya adoptaron parte de esta costumbre.
Cenote Nayah
Al finalizar el camino del pueblito, te recomiendo continuar por una vereda, algún chico te podrá llevar a un rancho privado donde se ubica el Cenote Nayah.
este lugar es impresionante hay que bajar unos cuarenta escalones para llegar al cuerpo de agua más cristalino que tus ojos hayan visto.
No podrás creer que esta belleza natural se encuentre en medio de la nada, en donde los rayos del sol penetran en el agua indicando una profundidad de 35 a 40 metros.
Disfruta del nado por horas, no querrás salir nunca, verás incluso un grafiti dentro del cenote, con un propio versículo, ¿Podrás creerlo?
Recuerda que hacer un viaje a tierras mayas es adentrarse en una cultura vigente, la ves todos los días cuando presencias rituales ancestrales.
Visitar sus pueblos en donde la gente con esas arrugas labradas por el sol y esa sonrisa enorme, te indican: ¡Estamos aquí y no nos hemos ido!