Los hammam, o también conocidos como baños turcos, son básicamente baños de vapor, utilizados con el fin de limpiar y relajar el cuerpo. Se dice que vienen de la cultura romana, por allá del siglo VII, fungiendo como punto de reunión social y de higiene —de ahí el hecho de que aún sigan existiendo—. Sin embargo, comúnmente abundan en Turquía.
Pero ahora, dentro de los tiempos actuales, los baños turcos han tomado gran relevancia, esto debido a que sus anuncios han sido confundidos frecuentemente con sesiones de spa, baños termales o incluso masajes.
¿Cómo son los BAÑOS TURCOS?
Los baños turcos usualmente se llevan a cabo en habitaciones de mármol, amplias, acondicionadas con piletas, bancas para reposar y una enorme mesa de mármol que posa en medio del lugar.
En pocas palabras, los baños turcos son enormes saunas, pero con algunas variantes que ponían en práctica los antiguos baños romanos. A la hora de solicitar un baño turco, podrás elegir si hacerlo en habitaciones mixtas o divididas, aunque hoy en día también existen espacios privados para aquellas parejas que quieran compartir la experiencia. De igual forma, puede existir tanto un horario para mujeres, como un horario para hombres.
Una vez que hayas decidido, tendrás que quitarte toda la ropa, y en su lugar la sustituirás con un taparrabos o ropa desechable que te darán en el lugar (sí, eso será lo único que usarás momentáneamente).
El inicio de LA EXPERIENCIA
Después, entrarás al espacio de baño, ¿recuerdas la enorme mesa de mármol? Pues ahí será donde ocurrirá toda la magia. Tendrás que recostarte —tendrás que quitarte el taparrabos, quedando completamente desnudo— y permanecerás un rato ahí, mientras dejas que el vapor del lugar te provoque sudoración.
Al suceder esto, es cuando inicia el baño turco. El personal del lugar (dependiendo de tu género: mujer con mujer, hombre con hombre) te dará un baño. ¡Sí! Frotará todo tu cuerpo de manera vigorosa con algún exfoliante; enjuagará con agua tibia y volverá a frotar tu cuerpo, pero esta vez con abundante espuma, que según cuentan muchos, es la mejor parte de los baños turcos.
Una vez enjuagado y limpio, lo común es que pases a una sala a sentarte y disfrutar de una deliciosa infusión, o te sumerjas en una pequeña piscina, que dará por finalizada tu nueva experiencia. Es importante que sepas que un baño turco es implícitamente un masaje, en donde todas tus articulaciones se pueden liberar.
Los BENEFICIOS de un BAÑO TURCO
Aunque pueda parecer una experiencia algo incómoda, iniciando por estar desnudo frente a mucha gente o dejar que un extraño limpie cada parte de tu cuerpo, los baños turcos son una nueva experiencia donde podrás sentirte como todo un romano, pero con los mimos y cuidados que recibíamos cuando mamá nos bañaba de pequeños.
Además, no son solo un capricho, ya que cuentan con múltiples beneficios, ayudándonos a controlar y disminuir el estrés, eliminar las tensiones musculares e incluso expulsar toxinas.
Así que lo único que necesitas para probar esta experiencia es la valentía para hacerlo. ❖
#NuncaDejesDeViajar