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La leyenda de la Llorona en la CDMX

La Llorona. Foto: Ian

La Llorona. Foto: Ian

Existen muchas versiones de la leyenda de La Llorona que son parte de la cultura hispanoamericana, algunas son tan sorprendentes que no sabemos cuál es la real o verídica.

Lo cierto es que una leyenda, cualquiera de la que se trate, es parte historia y parte fantasía.

Quizá la Llorona es la leyenda que más nos ha causado temor, suspenso y miedo cuando alguien nos cuenta de su existencia.

La leyenda de la Llorona en CDMX. Foto: Steinar Engeland

Contando leyendas

¿No te ha pasado cuando llegas a un pueblo y convives con la comunidad, hay una noche marcada que es para hablar de estas historias?

Mientras los locales sacan sus sillas en la entrada de sus casas, los abuelos son los encargados de recrear con palabras y los ojos bien abiertos lo que se ha dicho a voces.

Casi como si lo hubieran vivido en carne propia la leyenda, y la llorona no puede faltar en estas veladas bajo la luna.

La llorona. Foto: Priscilla Du Preez

¡Avistamientos de la Llorona!

Muchos la han visto, se trata de una mujer hermosa, alta, delgada y vestida de blanco; se le ha visto cerca de los ríos y lagos, como flotando.

Va penando por las almas de su hijos, y un lamento de dolor va anunciando su pena… ¡ay mis hijos!

La llorona. Foto: Alex Iby

La leyenda de la Llorona en la CDMX

Pero, ¿qué pasó? ¿Por qué una madre mataría a sus hijos? En la Ciudad de México -también conformada por barrios- hay una versión del siglo XVI que subsiste.

Entre las personas mayores dicen haberla visto por las calles, los panteones, las iglesias, las casas, las vías del tren o cualquier lugar solitario en donde quizá pudiera ella encontrar a sus hijos.

Calle. Foto: Daniele Colucci

La leyenda de la Llorona en la CDMX, el comienzo

La gente recuerda que cierta noche, se comenzaron a escuchar llantos y quejidos de dolor.

Nadie quería salir, todos pensaban que se trataba de una mujer que tal vez había sido abandonada.

Los sollozos eran claros de alguien que sufría, pero estos aparecían todas las noches.

La leyenda de la Llorona. Foto: Luis Galvez

¡Que miedo!

Algunas personas se armaron de valor y dejaron atrás el temor para ver de quién se trataba, cuál fue su sorpresa al ver a una hermosa mujer vestida de blanco y su enorme cabellera caminando por los distintos barrios.

Algunas personas curiosas en saber cuál era su pena se aferraron a seguirla, pero al momento de llegar al río, ella desaparecía entre las aguas

La Llorona. Foto: Karsten Wurth

La Leyenda

Fueron tantos los lamentos cada noche que la gente escuchaba, que así comenzaron a llamarle “La llorona”.

Una mujer mestiza que según dicen, era el alma de una joven perdidamente enamorada de un español que llegó desde el viejo continente, él era el padre de sus tres hijos.

La llorona. Foto: Priscilla Du Preez

¿Qué sucedió?

Debido a que no era bien visto enamorarse de un extraño, su familia le dio la espalda, ¿Te imaginas?

Dejándola sola con la decisión de hacer vida con su enamorado, sin embargo, él se desinteresó en formalizar sus vidas en matrimonio.

via GIPHY

La Llorona. Gif: giphy

Todo una decepción

Dicen los que cuentan la leyenda que cada vez que ella se acercaba a él para ver la posibilidad de hacer formal su relación para que los niños tuvieran un apellido, él se negaba o esquivaba la platica.

Un día la hermosa mujer se enteró que él estaba casado con una dama de alta alcurnia en España y que la iba abandonar con todo y los hijos.

La leyenda de la Llorona. Foto: Priscilla Du Preez

Las consecuencias

Con la ira incontrolable y sin pensar las cosas, ella tomó a sus niños y los ahogó en el río.

Y una vez completamente sola, no pudo más con su cargo de conciencia y se quitó la vida, ¡Que horrible suceso!

La llorona. Foto: Serenity Mitchell

Y así se comenzó la leyenda

Pasó el tiempo y esta historia comenzó a cobrar vida con los lamentos de la mujer que se escuchaban todas las noches alrededor de las 11pm.

Así que la población definió por hacer un toque de queda en donde las personas debían resguardarse en casa.

Incluso no podían asomarse por las ventanas debido a que un rostro esquelético penaba de casa en casa gritando con un alarido ¡Ay mis hijos! era la llorona preguntado si alguien los vio.

La leyenda de la Llorona en la CDMX. Foto: Daniel Jensen

El alma de la llorona sigue en busca de sus criaturas penando por las calles quedándose en la tierra por sus acciones, tú ¿has escuchado sus lamentos?, y recuerda #Nuncadejesdeviajar

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