La Habana es visceral, abstracta, alegre pero sobre todo llena de contrastes. Caminar por sus calles es trasladarse a mediados del siglo pasado, es ser testigo de una revolución que no termina por culminar y partícipe de una de las sociedades más alegre.
La vieja Cuba.
Cuba era un polo turístico antes del embargo y los turistas abarrotaban sus calles llenas de cafés y clubes nocturnos. Desgraciadamente el cierre de puertas a visitantes extranjeros trajo consigo una caída en la industria y un deterioro en los edificios pero no en la vivacidad de su gente.
Toda revolución conlleva un cambio.
Llegar a Cuba es cambiar el chip de nuestra cabeza, aquí nada es como en casa pero si como nos lo han contado. Todo empieza en el Aeropuerto José Martí donde recoger nuestro equipaje puede ser muy lento y en algunas ocasiones vulnerable a una extensiva revisión, sobre todo si llevamos mucho sobre peso.
¿Como desplazarse en Cuba?
La mejor manera de desplazarse por la ciudad es por medio de los taxis autorizados por el estado. De hecho los visitantes están obligados a utilizarlos, también existen los taxis colectivos que cubren rutas establecidas cual si de autobuses se tratara. Los turistas no deben de usarlos aunque acá entre nos, no pasa nada si esto llegara suceder puesto que no hay una estricta vigilancia. Sólo hay que tener cuidado de pagar la tarifa exacta y tratar de lucir lo menos extranjeros que podamos.
La habana un viaje al pasado.
Una buena idea para emprender nuestro recorrido por la ciudad es caminar por La Habana Vieja. Un conjunto de edificios coloniales en donde el tiempo cae carcomido por la pintura de las casas viejas y suena en los motores de los automóviles de los 50’s.
Este espacio fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año de 1982 gracias a su valor histórico y su variedad de arquitectura barroca, neoclásica y art déco.
Empieza por la calle “Lamparilla” la cual es un maravilloso paseo que conecta a la mayoría de las atracciones de la zona. A su paso puedes encontrar la “Plaza de la Catedral” y el “Castillo de la Real Fuerza” el cual es uno más antiguos fuertes del continente.
¿Y por que no?
Tampoco te puedes perder el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña con sus dos museos: “El Castillo de los Tres Reyes del Morro” y “La Fortaleza de San Carlo de la Cabaña”.
En ellos podrás encontrar piezas de la época precolombina hasta nuestros tiempos. No desaproveches la oportunidad de ver la ceremonia del disparo de los cañones que se realiza diario a las 9 de la noche. Cuando los militares visten uniformes antiguos.
La “Plaza de Armas” es el espacio público más antiguo de Cuba. A sus alrededores se construyeron instituciones de gobierno, oficinas de correos y la primer congregación religiosa.
Su nombre lo debe a los ejercicios militares que solían llevarse a acabo poco tiempo después de su construcción.
Hoy la Plaza cuenta con hermosos jardines y es el punto de encuentro para que conozcas a locales, siempre habrá gente que organice un pequeño baile con instrumentos improvisados y puedas empaparte del estilo de vida tan distintivo de este país.
La victoria de una revolución.
La Habana Vieja es una mezcla de arquitectura francesa, británica, española y americana. Así entre librerías, museos y tiendas puedes descubrir cómo se construye una nación a partir del sabor caribeño y e ideas socialistas.
Si lo tuyo es la historia entonces no olvides visitar ”El Museo de la Revolución”, recinto dedicado a preservar la historia del cambio ideológico y social desde épocas precolombinas hasta las revolucionarias.
Aquí podrás descubrir como se llevaron a cabo las transformaciones políticas y socioeconómicas del país. Es un recinto obligado para aquellos que creen en formas alternativas de organización entre las sociedades.
Camina por el malecón.
No puede faltar una visita por “el malecón”, ese encuentro del mar con la ciudad en donde todos se sientan alguna vez para ver las olas estrellarse con las rocas, sentir el agua salpicar y refrescarnos con su frescura. El malecón sirve de unión entre la vieja Habana y la zona residencial del Vedado.
Ya con este ambiente más relajado puedes empezar la fiesta desde temprano visitando el “Museo del Ron Havana Club”. Un excelente lugar para probar diferentes tipos de este delicioso destilado, aprende de su elaboración y cómprate un par de botellas.
Aunque si lo tuyo son los habanos entonces desplázate a Paratagas un antiguo fabricante de cigarros y puros al más estilo cubano. Sé testigo de su fabricación y enciende uno mientras te sientas a pensar lo buena que es la vida en el Caribe.
Si buscas fiestas, esto es para ti.
Ya de noche no podemos olvidarnos del sabor de los clubes nocturnos en donde la música y los mojitos no dejan de circular.
El Club Tropicana con su tradición de más de 70 años. Es un imán para turistas extranjeros, pero si lo que buscas es probar una buena bebida entonces el Floridita es el lugar ideal para disfrutar de un excepcional Daiquiri, uno de los lugares favoritos de Hemingway.
Que no se te olvide.
En cuba se utilizan dos monedas diferentes el CUP que es el peso cubano y el CUC el Peso Convertible. La paridad de este último es prácticamente uno a uno con el dólar estadounidense. Todos los servicios y precios están reflejados en CUC que es la moneda que utilizarás como visitante extranjero.
Si intentas cambiar dólares americanos te harás acreedor a un cargo de 10% de penalidad, es mejor que lleves contigo euros, pesos mexicanos, dólar canadiense entre otros.
No podríamos terminar de hablar de todos los atractivos de una ciudad tan mágica y llena de vida como La Habana, es por eso te invitamos a que la visites y la veas desde tu propia perspectiva. Date una oportunidad de empaparte con su historia, con su gente y su manera de ver la vida, seguramente te atrapará.