Descubrir los secretos del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca no es tarea fácil. Tradiciones y bellezas naturales son el atractivo principal de esta zona y para ejemplo, basta un botón: Ixtepec.
Una ciudad emergente a diferencia de Juchitán, Salina Cruz y Tehuantepec, es Ixtepec, sitio de gran tranquilidad que deslumbra por su gente amable, sus sabores y las costumbres de antaño que nos llaman tanto la atención.
Edificios emblemáticos de Ixtepec, Oaxaca
El centro del pueblo cuenta con una plaza llamada “Parque Hidalgo”, la cual está rodeada de arboledas y jardineras con bancas para poder revivir cada tarde el pacífico ambiente de provincia que aún se conserva en la localidad.
La iglesia de San Jerónimo Doctor es un vestigio del siglo XVII que afortunadamente está en restauración ya que sufrió algunos daños durante los sismos del 2017. Su fachada es de corte sobrio o sencillo, pero sus campanarios y cúpula la hacen interesante a la vista.
En su interior se resguardan figuras de santos y del patrono del pueblo que tiene gran relevancia en las fiestas anuales. siempre vale la pena visitar la iglesia principal de los pueblitos mexicanos.
En frente, podrás apreciar el Palacio de Gobierno con una arquitectura más contemporánea que nos recuerda el estilo Art decó.
Pero si caminamos unas cuadras, también podrás visitar la Casa de la Cultura con un bellísimo color amarillo que resalta su estilo colonial.
Alrededor de la estación del tren
Caminar hacia la estación de tren te darás cuenta de algunas casas que aún se conservan originales; sus tejados de dos aguas y sus antiguas rejas en las ventanas, incluso debes prestar atención a los habitantes que en determinada hora salen a la calle o a pasear por los corredores para platicar bajo la sombra o tomar algo rico en las cenadurías mientras se ponen al día.
Algo típico que verás en la gente mayor es la vestimenta con Huipil y enagua característico de la zona istmeña que se porta con orgullo buscando siempre la preservación tradicional de nuevas generaciones.
Al igual que el idioma zapoteco que se sigue hablando, vale la pena detenerse para admirar las costumbres de los habitantes y su peculiar sonrisa que denota amabilidad.
Al llegar a la estación te darás cuenta que aquí está la zona comercial de Ixtepec, en donde se escucha el barullo de los marchantes de productos locales.
Debes visitar la Antigua Estación del Ferrocarril, con su arquitectura inglesa y, si corres con suerte podrás ver la llegada de los trenes de carga. ¡Cómo en los viejos tiempos!
Incluso serás testigo del paso de algunos migrantes antillanos y centroamericanos que buscan llegar a la frontera a través de La Bestia.
De hecho desde aquí parten con mayor seguridad en busca del sueño americano, sin duda un viaje que les cambiará la vida.
Vendimia y antojitos de Ixtepec, Oaxaca
A unas calles descubrirás Garibaldi, el jardín donde los Meños (gentilicio de Ixtepec) se reúnen alrededor de la vieja fuente de “las Nutrias”.
El nombre es debido a que el río de Ixtepec se llama “Los Perros” y se cuenta que hace unas décadas había nutrias nadando y se confundían con perros recién mojados.
Este parador también cuenta con cenadurías para comer antojitos como las “paisanas” (una quesadilla de tortilla de harina con carne), las “garnachas” (mini tortillas sancochadas con carne), “pollo garnachero”, “tlayudas”, “esquites”, “raspas”, “papas”, “churros” y “café”.
No puedes pasar por alto visitar el Mercado con sus pasillos, murales y vendimia que te sorprenderá de tan surtido que se mantiene todos los días.
Te recomendamos llegar con las vendedoras o las cocinas que sirven mole rojo, estofado de carne horneada, tamales de cambray, molotes de plátano, puré de papá, y una gran gama de platos tradicionales ¡toda una delicia!
Porque como se dice aquí, “podrán decir lo que sea del Istmo pero con hambre ¡no te vas!”. Así que prepara tu estómago y presume que fuiste a Ixtepec.
Septiembre: el mejor mes para visitar Ixtepec
El hotel Manzur que antes era una el Cine Lux tiene en su interior una decoración muy vintage (fonógrafos, piano, muebles y cuadros) que recuerda a esos teatros de la época de oro. Sin duda, todo un viaje al pasado.
Sobre las calles de este encantador pueblito, podrás entrar a algunas boutiques donde se venden todo tipo de ajuares para las famosas Velas istmeñas: vestidos, huipiles, diademas, joyería de filigrana, enaguas, rabonas, guayaberas, etc.
La importancia de las velas es tan necesaria para la cultura istmeña, por eso en Ixtepec el mes de septiembre representa 30 días de fiesta, celebración y honra a sus patronos.
Actividades como la Bajada de San Jerónimo, las Misas de mayordomía, los Convites, las Calendas, la Ayudada, la Labrada de cera, la Toreada, son toda una muestra de color, música y bailes tradicionales.
Naturaleza y paisajes del Istmo
También se vale salir de la ciudad y apreciar el Paseo del Mural con sus letras monumentales. Momento para la foto de recuerdo.
Desde aquí comienza la Super pista, una carretera que comunica con La Ventosa, poblado con un valle lleno de rehiletes eólicos que pintan el paisaje con sus giros.
Te recomendamos ir al atardecer para ver las siluetas y escuchar el aire que corre por este sitio.
Otro gran atractivo de Ixtepec son “los Ojos de agua” que se encuentran alrededor de la ciudad.
Debido a sus condiciones climáticas y ubicación geográfica, la sal, los mantos acuíferos y el oro son recursos naturales que presume el Istmo de Tehuantepec como parte de su encanto.
El ojo de agua de Laollaga, el balneario de Tlacotepec y el de Tolistoque son espacios escondidos con abundante naturaleza y que los habitantes resguardan con recelo.
Así que te pedimos cuidar el ambiente cuando vengas y no tirar basura ni desechos ya que con esta agua se surte a las comunidades aledañas.
Llegar a Ixtepec es fácil desde la CDMX a través de Aeromar, de hecho, es una de sus principales rutas; así que no hay pretexto para conocer esta región oaxaqueña.
Te invitamos a vivir la tradición oaxaqueña en este pueblo que nos regala las mejores estampas de México, basta con reservar y en una hora serás testigo que Oaxaca está llena de sorpresas que huelen a mole negro, pan horneado y pólvora de fiesta. #NuncaDejesdeViajar.