En los años 70, Nueva York no era precisamente el lugar ideal para vacacionar. La ciudad atravesaba una crisis económica, había altos índices de criminalidad, las calles estaban descuidadas y su imagen internacional tenía fama de estar bastante deteriorada. El turismo había caído y el ánimo de los neoyorquinos también. Fue en este contexto tan complicado cuando surgió una de las campañas más efectivas de la historia del marketing: I Love NY.
El genio creativo fue Milton Glaser, un diseñador gráfico nacido en el Bronx, quien ideó el logo de forma gratuita como un gesto de amor por su ciudad. Con solo una servilleta y un lápiz rojo, Glaser escribió “I ❤ NY” en una tipografía sencilla pero poderosa. Aunque el corazón se ha vuelto un ícono universal, lo que pocos saben es que el diseño fue un acto espontáneo, casi accidental, que terminó por cambiar la historia de la ciudad.
¿Cuándo NACIÓ el MOVIMIENTO I Love NY?
El logo vio la luz en 1977, como parte de una campaña del Departamento de Comercio del Estado de Nueva York para atraer visitantes. Desde entonces, la frase se convirtió en un grito de orgullo y resistencia. En un momento en que la ciudad parecía rendida, esta campaña despertó un sentido de identidad que motivó tanto a residentes como a turistas.
Y aunque fue creada específicamente para el estado completo de Nueva York, el corazón de la campaña siempre fue la ciudad. Las postales, camisetas y anuncios no solo comenzaron a llenar Times Square, sino que también cruzaron fronteras, llegando a tiendas, aeropuertos y calles de todo el mundo. El logo convirtió a la ciudad en un destino aspiracional, devolviéndole el brillo que parecía haber perdido.
Cambiando la HISTORIA de la CIUDAD
La campaña fue tan efectiva que en poco tiempo el turismo repuntó, la imagen de Nueva York mejoró y la ciudad comenzó a vivir una especie de renacimiento cultural. El mensaje era claro: más allá de sus problemas, Nueva York era una ciudad llena de vida, diversidad y posibilidades. La campaña ayudó no solo a traer visitantes, sino también a levantar el orgullo local, uniendo a los neoyorquinos bajo un mismo símbolo.
Era simple, honesto y emocional. I ❤ NY no vendía monumentos ni ofertas, sino un sentimiento: el amor por una ciudad caótica, compleja, pero increíble. El corazón no solo capturó la atención, sino también el corazón (literalmente) de millones de personas. Fue una campaña que entendió el poder de la identidad y cómo una imagen podía representar tanto con tan poco.
Hoy en día, el logo de I Love NY está en todo: camisetas, tazas, posters, murales. Pero más allá del merchandising, representa una ciudad que supo reinventarse. Nueva York es una mezcla de culturas, historias, emociones y ese pequeño corazón rojo sigue siendo el mejor embajador. Así que, si buscas energía, diversidad y una experiencia inolvidable, ya sabes a dónde ir. Nueva York te está esperando con los brazos abiertos. ❖
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