Hovander Homestead Park, ¡Un parque embrujado!

Charles T. Conover llamó “Evergreen” (Siempre verde) al estado de Washington, el motivo fue las copas de los árboles y los paisajes que sin importar la temporada del año conservan ese color, desde un avión parecen grandes extensiones de alfombras ordenadas, esto es Hovander Homestead Park

He tenido la oportunidad de visitar infinidad de veces este estado, por lo tanto conozco los lugares que suelen visitar los turistas, la mayoría se encuentran localizados en Seattle, la ciudad más poblada del estado, pero no su capital.

Confieso que me emociona recorrer ciudades poco conocidas, caminar por las calles y platicar con los habitantes, esta práctica me ha ayudado, para conocer más sobre la vida diaria de las personas y los mejores lugares para pasear y comer.

Por ello me recomendaron visitar el Hovander Homestead Park, ubicado en la pequeña ciudad Ferndale, a dos horas al norte de Seattle y conocida por sus refinerías petroleras.

Como buen viajero, abrí el mapa del teléfono, puse un marcador y conduje hacia el parque.

Al llegar me encontré con algo más que árboles y césped, había frente a mí un granero enorme, un señor conduciendo un tractor y una mansión fantasmagórica.

La mansión

En primer lugar exploré la mansión de Hovander Homestead Park, la cual estaba protegida por un huerto con algunos vegetales, hierbas y plantas florales.

Así mismo, recorrí un pequeño sendero entre la casa y los matorrales para llegar a la entrada.

Es más en cuanto entré a la propiedad, un escalofrío de arriba abajo recorrió mi cuerpo, sumando angustia y un ligero pánico.

Atribuir esta sensación a la similitud de la edificación, con las casas que se muestran en las películas de terror; fue hasta ese momento que caí en cuenta, el parque podría ser una excelente locación para uno de esos filmes.

Se trataba de una mansión estilo escandinavo, de unos 52,000 pies cuadrados, edificada en su totalidad con cedro rojo.

Supe que fue construida en 1903 junto con el granero, uno de los más grandes del Condado.

Al comienzo fue granja y hogar de Hakan Hovander, su esposa Louisa y sus primeros 6 hijos, todos originarios del noroeste de Suiza.

Para mi desfortuna, la casa estaba cerrada y no pude más que echar un vistazo por las ventanas.

¿Imaginación o de verdad ocurrió?

No sé si fue mi imaginación, o de verdad ocurrió, pero en dos ocasiones viendo a través de los cristales se me figuró ver dos rostros, uno en la planta baja y otro en la alta.

Probablemente por recordarlo siento escalofríos nuevamente, por ello puede ser que un miembro de la familia Hovander siga cuidando sus pertenencias o lo que queda de los $4,000 en oro con los que llegaron a USA.

Debo admitir que me alejé de la mansión tan pronto como pude.

Sitio para reuniones

Más tarde caminé por los alrededores, de hecho encontré un sitio para reuniones, juegos infantiles y una huerta educacional donde se les enseña a los niños la importancia de la siembra y el consumo de verduras.

Era cuestión de tiempo que los escalofríos regresaran a mí, en primer lugar a causa de una torre roja aparentemente de agua, sus escaleras parecían gritar “Aléjate” pero a la misma vez eran tan tentadoras que aún así las subi.

En segundo lugar no cuesta mucho imaginar el rechinar de la madera por cada una de mis pisadas, mientras más subía, más estrechos eran los escalones y ni hablar de la angustia.