La Hacienda Panoaya es famosa porque fue la casa donde vivió Sor Juana Inés de la Cruz antes de mudarse a la Ciudad de México, razón que sería suficiente para visitarla.
Sin embargo, con el transcurso de los años se ha transformado hasta convertirse en un verdadero destino para pasar el fin de semana en familia y hasta para casarse.
Se ubica a poca más de una hora de la capital del país, más precisamente en el eje neovolcánico del estado de México, en lo que se conoce como Amecameca.
Se mandó a construir como un regalo
La mando a construir el rey Carlos I de España como agradecimiento para el entonces cacique de Amecameca Pedro Páez Izital quien ayudo a la conquista de lo que hoy es México.
A lo largo de su historia fue hogar de distintas personalidades, pero la más notable es Sor Juana quien vivió su niñez entre sus rincones.
Actualmente el edificio principal alberga un museo de la vida de Sor Juan Inés de la Cruz.
Te recomendamos solicitar un recorrido guiado para que vivas la experiencia de transportarte a un pasado virreinal lleno de leyendas.
Ahora que si no te fue suficiente de historia también puedes solicitar “El paseo encantado” un recorrido por toda la hacienda a bordo de un tractor ¡Ideal para las selfies!
Fin de semana en la hacienda Panoaya
La idea es que pases un fin de semana lleno de diversión, puedes comenzar con el Parque de los Venados Acariciables.
Por tan solo $10 pesitos podrás obtener alimento para darle de comer a los animales entre los que se encuentran cabras, llamas, ovejas y por supuesto venados.
Pero ahí no acaba la interacción con animales, de hecho la Hacienda Panoaya es hogar de cientos de especies como las víboras y reptiles.
Ahora que si lo tuyo son las actividades manuales debes acercarte al huerto donde te enseñarán la mejor manera de plantar alimentos en casa y los cuidados que debes tener.
Un paseo a caballo es una excelente opción si vas con tu pareja y quieren crear ese momento mágico que recordarán toda la vida.
Un laberinto de película
Pero lo que no pueden perderse por nada del mundo es su laberinto inglés, un espacio natural que te hará sentir como en Harry Potter y el cáliz de fuego.
Es muy impactante estar entre sus paredes y descubrir que no es tan fácil como esperabas.
Por supuesto no podían faltar las actividades de adrenalina para los jóvenes de edad y de corazón.
Muy cerca de ahí existe una ciclopista, recorrido perfecto para pedalear el desayuno o hacer hambre para la comida.
Por cierto la Hacienda Panoaya cuenta con su propio restaurante llamado “El castillo de los venados” donde presumen se cocinar con amor.
Después de tanta actividades seguramente querrás descansar y nada mejor que hacerlo en el propio hotel de la hacienda.
Es cómodo, limpio y económico. Todas las habitaciones tienen chimenea y vista a los volcanes.
Ahora que si no le tienes miedo al frio también puedes acampar en el área diseñada específicamente para eso. #NuncaDejesDeViajar.