¿El ahora famoso Museo de los Guerreros de Terracota es consecuencia de la casualidad? Pues, te imaginas la impresión que te llevarías al escarbar en tu casa para plantar un árbol y encontrar una cabeza humana hecha de arcilla?
Pues algo similar le sucedió a unos granjeros chinos en 1974, cuando al estar construyendo un pozo chocaron con un material duro, tras hurgar un poco más, descubrieron que formaba parte de todo un modelo en tamaño real de una estatua, claro no sabían que era uno de los ahora famosos Guerreros de Terracota y pronto lo reconocieron como signo de mal agüero.
Fue hasta dos años después cuando arqueólogos pusieron manos a la obra y desde entonces las maravillas no dejan de cesar, no sólo era un militar al que habían encontrado sino a un verdadero ejército enterrado 4 metros bajo tierra.
¿A quien se le atribuyen los Guerreros de Terracota?
Resulta que por allá en el año 250 A.C. China no existía, sólo era un conjunto de feudos que se disputaban el control de las tierras y el poderío militar.
Fue entonces, que a un hombre lo suficientemente tenaz e inteligente se le ocurrió unificar al país, no sólo en moneda, costumbres, idioma y leyes, sino también en la sublevación ante él mismo. Así fue como Qin Shin Huang se convirtió en el primer emperador de China unificada.
A Qin se le recuerda por ser un tirano autoritario que mandaba matar a todo el que estuviera en contra de sus ideas, pero se le recuerda por ser un gran guerrero y un gran constructor.
Gracias a su visión armamentista, le debemos la construcción de la Gran Muralla China que servía para proteger a su naciente imperio de los ataques del exterior.
Muchos hombres que han marcado la historia han presentado síntomas de bipolaridad y a mí no me queda la menor duda de que Qin sufría de este trastorno.
Por un lado estaba obsesionado con la inmortalidad, pero por otro lado, pasó 38 años de su vida preparándose para su muerte, fue así que apenas al asumir el control supremo mandó a construir lo que sería su última morada: El Mausoleo de Qin Shin Huang.
Mausoleo de Qin Shin Huang
Muy cerca de la ciudad de Xi´an sobre el monte Lí se extiende un conjunto funerario de 60 kilómetros cuadrados (sí, así como lo lees de ese tamaño era el ego de quien ahí yace).
El Mausoleo es una copia exacta del plano urbanístico de la capital del imperio y para su construcción se emplearon más de 700,000 artesanos.
Por órdenes del emperador todas sus mujeres y caballos debían ser enterrados con él a su muerte, mandato que fue llevado al pie de la letra. Cabe mencionar que Qin, conocido como “El Hijo del Cielo”, nunca tuvo alguna emperatriz, solamente concubinas.
Y aunque le hubiera gustado haberse llevado a su ejército a la tumba, debió conformarse con ser acompañado por una copia fiel del mismo, los famosos guerreros de terracota.
Los Guerreros de Terracota, réplicas a gran detalle
No solamente son muchos, sino que el trabajo es de gran calidad.
Se dice que cada una de las más de 7,000 figuras de tamaño real son una representación exacta de los guardias que protegían al emperador.
Ninguna es igual, todas tienen diferente cara, cabello, complexión, gestos y hasta estado de ánimo, se puso esmero hasta en el más mínimo detalle.
3 fosas, 3 enfoques
Hasta la fecha se han descubierto tres fosas, con una extensión de 20,000 metros cuadrados, la primera y más impresionante, está formada por 6,000 guerreros de terracota los cuales portan armas reales como escudos, flechas y arcos.
Las tres primeras filas están reservadas para los más valientes que daban la cara ante el enemigo, portan una armadura más liviana que les permitía una mejor agilidad.
Detrás de ellos continúa el resto de ejército, los guerreros de terracota de las filas laterales se encuentran mirando a los costados para proteger al pelotón principal.
En la fosa número 2 del museo de los Guerreros de Terracota encontramos a la caballería e infantería, aquí podemos observar a caballos de tamaño real hechos del mismo material y que parecen estar dispuestos a atacar en cualquier momento.
A la fosa número 3 se le conoce como el cuartel general puesto que está ordenado de tal forma que parece que los mas altos rangos del ejército se concentraban ahí.
También existen piezas que no son de terracota, por ejemplo la carroza de bronce sobre la cual el emperador salía a hacer sus inspecciones.
¿Y cuándo se estrenó el fastuoso recinto?
Muy a pesar de los deseos del emperador Qin, las instalaciones del Museo de los Guerreros de Terracota fueron inauguradas con su muerte, la cual sucedió en uno de sus viajes en búsqueda de la inmortalidad.
Sí, sé que suena irónico pero en realidad así fue.
En el año de 210 A.C. Qin se encontraba en la búsqueda de las islas de los inmortales cuando la muerte los sorprendió, su fallecimiento preocupó tanto al primer ministro que ocultó su deceso hasta que regresaron a la capital, casi dos meses después.
Desgraciadamente su ejército de carne y hueso ya no le servía, pero para eso se había anticipado y entonces contaba con los Guerreros de Terracota de quienes hasta el día de hoy se sigue haciendo compañía.
La tumba principal nunca ha sido descubierta y muy probablemente no será descubierta. Este gran hallazgo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987 y se considera la octava maravilla del mundo.
Una gran obra para un gran hombre, que descanse en paz Qin Shin Huang con su pueblo y ejército de Guerreros de Terracota.
Si te interesa conocer más detalles de este maravilloso lugar y su descubrimiento, te invito a consultar el artículo Soldados de Terracota de Xian. El Ejército imperial.
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