Para mí, Australia no es simplemente un pedazo de tierra en medio del océano, es un paraíso en toda la extensión de la palabra en donde convergen los más grandes adelantos del ser humano aunados a una flora y fauna exóticas, tal es el caso del Featherdale Wildlife Park.
La Gran Barrera de Coral en el norte y una cosmopolita ciudad llamada Sídney, que para mi sorpresa no es la capital del país, la sede del gobierno australiano es Canberra.
Esto es sólo un dato cultural, por lo que mejor pasemos a lo que realmente vengo a contar.
Quiero recomendar un zoológico que se encuentra en las afueras de la ciudad de Sídney. Un poco más alejado de las instalaciones de los Juegos Olímpicos del año 2000.
Para llegar de forma fácil y rápida lo más recomendable es tomar el tren que sale del centro de la ciudad y tras un recorrido promedio de 45 minutos se arriba a Featherdale Wildlife Park.
Que aclaro no sólo es un zoológico, sino un parque de conservación y educación sobre el cuidado de la naturaleza.
¡En contacto directo con los animales!
En este Zoológico logré tener la oportunidad de lo que no se me permitió en el gran Taronga Zoo de Sídney, y fue la experiencia de tener contacto directo con algunos de los animales más emblemáticos de Australia, específicamente el Koala y el Canguro.
Comencemos con el Koala, se me advirtió de no caer en el encanto de su cara dormilona y esos profundos ojos.
Nunca perdí de vista sus afiladas garras que en cualquier instante puede utilizar al sentirse amenazado, por lo que me podía atacar y no sería para nada agradable.
En cuanto me acerqué al sitio indicado, comencé a hacer fila para poder sostener uno entre mis brazos, siempre con la supervisión de un experto y evitando provocar cualquier molestia a esta exótica criatura.
En cuanto terminé de tomarme la foto del recuerdo sano y salvo lo devolví al encargado.
Por otro lado están los Canguros, estos animales que aunque para nosotros son una especie poco común en su país natal son una gran problemática.
Los maravillosos canguros
Esta especie supera por mucho a los más de 21 millones de seres humanos que habitan este territorio, por lo que el gobierno debe implementar medidas de contención y con ello evitar principalmente accidentes viales en carretera.
En Featherdale te permiten convivir sólo con los Canguros bebés, en cuanto entré a convivir con ellos, lo guardé como uno de los mejores recuerdos que tengo de Australia.
Eran de varios colores, algunos eran más pequeñitos que otros, a los cuales ya se les veían las ganas de patear algo o alguien; sólo pedía por favor que no fuera a mí.
Claro está que únicamente se permite convivir con canguros bebés porque los adultos pueden atacarte y literalmente acabar contigo de una patada, entonces mejor me quede con los bebés.
Aunque el remordimiento me perseguía por haber degustado en días pasados de la carne de estos lindos animalitos, no podía dejar de admirarlos, y no me lo tomen a mal pero no me encantó del todo el sabor de este exótico platillo.
En fin, me tomé varias fotografías y continué mi recorrido en este parque.
El famoso demonio de Tasmania
Pude apreciar una gran variedad de aves, reptiles y otras especies, pero lo que más me llamo la atención después de mi encuentro con los Koalas y Canguros, fue el famoso Diablo o Demonio de Tasmania, que sólo lo puedes encontrar en la isla de Tasmania al sur de Australia.
Hasta ese día no había tenido la oportunidad de conocer uno en persona y realmente descubrí que es tal como nos los muestran en las caricaturas de Warner Brothers.
El Demonio de Tasmania se la pasa dando vueltas alrededor de lo que encuentra una y otra vez, ¡me parecieron sensacionales! Son como un pequeño perro pardo, pero en realidad es un marsupial principalmente carroñero, para nada bonito.
Pero el simple hecho de verlos dando vueltas me mantuvo muy entretenido, tristemente para mí está en peligro de extinción.
Después de un excelente día en Featherdale tuve que tomar mi tren de regreso a Sídney, fue una experiencia que nunca olvidaré y que espero pueda volver a repetir. #Nuncadejesdeviajar.