Cuando hablamos de New York, tenemos que hablar de su emblema y carta de presentación a nivel mundial; “La Gran Dama Azul”, “Lady Liberty”, La estatua de la Libertad, cuyo máximo valor y mandato yace en los cimientos de todo su esplendor, tallado en roble y reforzado con oro para la lectura de todos los valientes e incautos; “La libertad iluminando al mundo”. Es pues, para americanos y viajeros, la viva imagen del llamado; Sueño Americano.
Hoy, haremos un viaje a nuestro vecino del norte, en uno de los lugares más representativos del país, cuna en gran medida de la cultura pop de todo este lado del charco, así como también tan rico en herencia histórica, como social, donde yace aquel patrimonio que, para esta redacción simboliza esas ganas humanas por salir adelante, ese sentido amigo que te dice “que todo irá bien” ese eterno
espíritu indomable que lo intenta una y otra vez hasta cumplir sus sueños; New York.
¡Lleva iluminando al mundo mas de 140 años!
El monumento de más de 46 metros de altura, formado en su mayoría por cobre y pesando un total de 125 toneladas, da la bienvenida a todo aquel bienaventurado valiente y soñador desde la bahía de la llamada “Liberty Island” a tierras americanas.
Lleva iluminando al mundo más de 140 años. Originalmente fue un regalo de amistad y paz de parte de la República Francesa a los entonces celebrantes Estados Unidos de América en su primer siglo de historia como país independiente y soberano.
Desde siempre ha representado esa chispa de esperanza a los inmigrantes, pues en tiempos de antaño, esos acuerdos establecidos por el entonces Gobernador de York (antigua colonia inglesa) con pueblos irlandeses, italianos, pueblos africanos en tiempos vigentes de la esclavitud, y ciertos sectores de Europa occidental, representaba ese nuevo comienzo, a una vida lejos de la miseria y guerras en el llamado “Viejo Continente”.
Sobre el pedestal de más de 48 metros de altura, yace una mujer vestida con toga, prendas usadas en el imperio Romano, coronada con una tiara donde sobresalen 7 rayos, quien con ambas manos ocupadas sostiene en derecha la iluminación y esperanza contra los tiempos oscuros; una antorcha y en izquierda las voz y lecciones de los valientes y libertadores que dieron nombre a nuestro vecino del norte; la declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Finalmente, representado esa libertad conquistada, en los pies del coloso yacen unas cadenas rotas como testigo y recuerdo, en un inicio para franceses y americanos, y hoy para el mundo entero; la libertad, la esperanza y valentía de aquellos pueblos oprimidos y promesa de los sueños por cumplir.
La Estatua de la Libertad nunca duerme…
La Estatua de la Libertad, en su mano derecha sostiene una antorcha, representando; La eterna llama. Formada en su totalidad de cobre reforzada con una tabla de oro de 24 quilates, es un fuego que recolecta y proyecta los rayos del sol y en las noches su esplendor es alimentado por la Ciudad de las luces, comprobando que efectivamente, nunca duerme y nunca se apagará ese furor, ese sentimiento.
Si te preguntas, ¿Puedo en verdad visitar este majestuoso monumento?, la respuesta es sí, si puedes, en diversas modalidades. Desde embarcaciones locales que fungen como tours turísticos que por un aproximado de 30 a 50 dólares te llevarán por los alrededores de la bahía de Liberty Island, pasando incluso por debajo del Puente de Brooklyn y arribando a los pies de la dama de azul, para su posterior acceso hasta en embarcaciones más pequeñas, con un viaje directo desde la costa, por 20 dólares te harás con un ticket ida y vuelta en un lapso indeterminado a la isla.
Una vez en la isla y llegando a los cimientos del coloso podrás adquirir tus entradas por la simbólica cantidad de 20 dólares, 10 dólares en niños y adultos mayores, esto en su presentación de pedestal, llegando hasta la parte media del monumento.
Por 10 dólares más, podrás hacer el upgrade para la entrada corona, que te dará acceso hasta la cima de la edificación, para tener la fortuna de ver la ciudad que nunca duerme a través de los juegos de la Gran Señora, experiencia que todo buen viajero, tiene que vivir por lo menos una vez en su vida.
Si visitas Nueva York, la Estatua de la Libertad es un imperdible, admira este punto tan simbólico de la ciudad y #Nuncadejesdeviajar!