Al sureste de Londres nos encontramos con el antiguo barrio de Abbey Wood, un lugar famoso por sus fósiles y su sistema ferrocarrilero. A pesar de ello, oculto a mitad del barrio, existe una joya de la arquitectura victoriana que es utilizada como un sistema de aguas residuales… hablamos de la Estación de Bombeo de Crossness.
La solución al Gran Hedor
Para entender la existencia de este asombroso sistema de alcantarillado, antes tenemos que conocer al Gran Hedor.
En resumidas palabras, el Gran Hedor fue una crisis que se vivió en el área central de Londres, provocada por la falta de un sistema de alcantarillado en la ciudad. En consecuencia, el río Tamesí, que recibió durante 7 años los deshechos de los londinenses, se vio afectado, y con el calor del verano de 1858 soltó un putrefacto olor que abrumó a los habitantes.
Sí, una historia asquerosa… ¿no es cierto? Afortunadamente, se dieron cuenta de su error e idearon un plan que consistía en 2 sistemas de alcantarillado ubicados lo más lejos posible de la ciudad, y que bombearían el agua sucia hacia el este, limpiando el río.
La ESTACIÓN DE BOMBEO DE CROSSNESS: el pináculo de la ARQUITECTURA londinense
Fue así como, 7 años después, la Estación de Bombeo de Crossness abrió sus puertas hacia un Londres más limpio. Sin embargo, su funcionamiento no es lo más impresionante, sino más bien lo es su diseño arquitectónico, que a simple vista es absolutamente hermoso.
Su construcción estuvo a cargo de Sir Bazalgette y Charles Driver, quienes decidieron hacerla majestuosa por puro placer. Como se puede ver en las fotografías, su estructura romántica y victoriana se plasma en sus paredes hechas de hierro, que a su vez están separadas por pilares que soportan el peso de la parte superior, donde se ubican 4 enormes bombas de vapor.
Su belleza es tal que ha sido utilizada en diversas películas, como en Sherlock Holmes del 2009, o en videojuegos, como el escenario final de The Getaway: Black Monday. Además, goza de un certificado que lo reconoce como Patrimonio Industrial de Grado 1.
La CAÍDA y su ASCENSO
Desde su apertura, la estación fue toda una atracción, hasta 1950, cuando fue cruelmente abandonada. Se llenó de arena para reducir el metano en su interior, y la lluvia oxidó algunas bombas, motores y paredes.
Afortunadamente, gracias a un grupo de voluntarios y donaciones de diversas empresas privadas y gubernamentales, la estación fue restaurada, y ahora funge como un museo donde se habla de su importancia, que dio pie a los sistemas de alcantarillas modernos.
Puedes agendar tu visita desde su propia página web. Te aseguramos que quedarás encantado por su belleza.
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