Durante la última visita al estado de Hidalgo me recomendaron visitar un área del Parque Nacional El Chico llamada Parque recreativo el Cedral en Hidalgo.
Me adentré al bosque donde la temperatura descendía mientras subíamos la sierra, la vista por la ventana era hermosa, árboles cubiertos de pequeñas gotas de la lluvia del día anterior.
Parque recreativo el Cedral en Hidalgo
Ciertamente bajar de la camioneta fue recuperarse también de la serie de curvas que las montañas van creando; sentir el gélido aire de la presa que se asoma apenas pisas la entrada; es una sensación deliciosa.
El costo de acceso es de $20 y encuentras en la caseta también, una pequeña tienda de souvenirs para que puedas llevarte un recuerdo; parque recreativo el Cedral en Hidalgo
Un lugar relajante
Este ejido tiene la finalidad de preservar la fauna y flora del parque nacional, te enteras de todo esto cuando ves los anuncios de protección y mantenimiento de las zonas naturales en total cuidado.
De hecho, sorprende admirar la belleza de este sitio donde un pequeño lago es el inicio de un paseo que me pareció tan relajante.
El camino parece una pasarela de altísimos cedros por lo tanto ideales para tomar fotografías de sus copas frondosas.
¿Qué hacer en Parque recreativo el Cedral en Hidalgo?
Descansé sobre unas bancas de madera para apreciar de manera tranquila el escenario, un cerro cubierto de vegetación se refleja en el cristalino cuerpo de agua.
Uno de los lancheros se me acercó para invitarme a dar un paseo por la presa y accedí, descubriendo truchas y pequeños peces en el fondo del lago.
Desde el centro de este sitio se aprecia el color de este paisaje y las aves en el cielo volando de una forma tan elegante.
¿Qué comer en Parque recreativo el Cedral en Hidalgo?
Al regresar a la orilla el exquisito aroma entre pescado, brasas y maíz despertaron mi apetito.
Truchas el gusto, quesadillas y tortillas recién hechas fueron el plato que degusté, acompañado de limones, mayonesa y una pequeña ensalada.
Aventura y descanso de los sentidos
Decidí “bajar” la comida mientras daba un paseo por los senderos del parque, realmente me perdí, pero no de una forma preocupante, sino que disfruté no saber el destino a donde me dirigía.
Piedras con musgo, riachuelos con sonidos relajantes, hojas de árboles y piñas cayendo, así como lodazales que tenía que brincar eran parte de la aventura.
Letreros con la palabra “mirador” me llamarón la atención, continué para después de casi 30 minutos de veredas y pernoctar con la flora, llegué al primero de ellos: una roca con un precipicio alucinante.
Para finalizar
Los torrentes de agua empezaron a caer, el granizo también y yo bajo árboles sin mojarme debido al follaje espectacular que no dejó de cubrirme, mientras tanto la postal no pudo ser mejor.
Al subir por fin a la cima del cerro mi asombro quedo satisfecho, una panorámica de todo el parque apareció como el sol que también salía de entre el cielo despejado.
Era tarde y yo tenía que llegar al pueblo mágico de Mineral El Chico para cenar unos exquisitos pastes, cuando salí me entregaron un flyer donde están descritos los servicios de hospedaje.
Finalmente solo te puedo decir que no puedes esperar mas para conocer este hermoso lugar, y recuerda #Nuncadejesdeviajar