El día de hoy te llevaremos a un increíble recorrido por el Cañón del Sumidero. Dicen que cuando le preguntaron a Hernán Cortés ¿cómo era la tierra de la nueva España? Simplemente tomó una hoja de papel, la arrugó en forma de pelota, después la extendió y dijo: así es…dejando a todos boquiabiertos.
Evento que quizá es un mito, pero lo que sí es realidad es que México es una tierra con una geografía magnánima en montañas, valles, fallas, cenotes, lagos y un sinfín de caprichos que lo hacen un territorio rico en naturaleza insólita.
Una maravilla mas de México
Dentro de la abundancia de este país, se encuentra Chiapas un lugar siempre verde, con formaciones en donde habitan la flora y fauna más exótica que ubican al estado en una tierra que todos queremos descubrir, tal es el caso de una falla geológica conocida como el Cañón del Sumidero.
Único en su género, este imponente cañón se formó por la abertura de una zanja en donde corría abundante agua que erosionó algunas fosas para originar lo que hoy son las paredes del cañón.
Este proceso tardó unos doce millones de años para formar lo que hoy es una maravilla natural en forma de majestuosos desfiladeros.
Para realizar una expedición por agua la mejor manera es ir a Chiapa de Corzo, una típica y amistosa población en donde los lugareños formaron una cooperativa para administrar la entrada al “Parque Nacional Cañón del Sumidero“.
Ahí salen embarcaciones o lanchas motorizadas con capacidad para 12 personas que recorrerán los principales puntos. Hay que vivir esta experiencia y ver la magnitud de sus paredes en un camino acuático de unos 13 kilómetros.
El inicio del recorrido es emocionante, el río Grijalva que desemboca en el Golfo de México es uno de los más abundantes. Su cauce no es turbio y el navegarlo es como si nos adentráramos en una película de fantasía de una tierra desconocida.
El impresionante Cañón del Sumidero
Las enormes paredes del cañón se van abriendo y forman un camino serpenteado que va descubriendo en cada esquina la siguiente pared, una más imponente que otra, algunas partes de estos verticales desfiladeros llegan a medir ¡un kilómetro de altura!.
Todo esto me hace pensar entonces lo diminuto que podemos ser ante semejante espectáculo natural. Ahí con nuestra diminuta lancha.
El guía quien es el mismo que conduce la embarcación, hace ameno el viaje mostrando algunas curiosidades de las montañas o cuevas que se van presentando en el trayecto.
En determinadas paradas explica la fauna del lugar y su ojo clínico es capaz de divisar a lo lejos los monos arañas, garzas, peces, tortugas, tejones, serpientes y lo que todos esperamos ver de cerca, cocodrilos.
Las leyendas del lugar
El trayecto es enriquecido con datos históricos y algunas leyendas, se dice que Diego de Mazariegos al llegar a este lugar, pidió un tributo en objetos valiosos a los nativos, quienes se opusieron y debido a esa resistencia fueron atacados.
Pero ellos decidieron lanzarse desde el cañón hacia el río con sus mujeres y niños pereciendo en un acto de valor y sin entregar las riquezas de la comunidad ni permitir ser sometidos.
Otro dato curioso de esta belleza natural es que son 32 kilómetros que se pueden recorrer por el río en sus diferentes brazos, el cauce entre los desfiladeros es de 200 metros de ancho, pero al llegar al final se terminan las elevaciones y se abre un gran escenario a cielo y río abierto.
Ahora estamos en la presa Chicoasén, una hidroeléctrica que se construyó en los años 80 para elevar los niveles del río y aprovechar la fuerza motriz del agua para generar energía.
Contempla la naturaleza
Hay momentos de contemplación, como la parada para ver el “Árbol de Navidad”. Consiste en una caída de agua proveniente de una de las cimas que baña la pared y ha ido formando la figura.
Al acercarse la lancha, podremos ver cómo el agua o su brisa incluso nos llega a la refrescar la cara. Es un momento muy emotivo y asombroso, en épocas de lluvia el árbol luce esplendoroso.
El paseo dura alrededor de 2 horas y media, la recomendación es llevar ropa ligera, lentes para el sol, gorra o sombrero, impermeable si no quieres mojarte y por supuesto tu cámara digital o de video.
En el embarcadero hay una serie de puestos y tiendas de artesanías y alimentos que le dan un colorido al lugar.
El Cañón del Sumidero es un área natural protegida con casi 22 mil hectáreas. Por lo tanto el recorrerlo de forma terrestre es otra opción ya que lo haces a través de 5 miradores, en donde podrás verlo desde las alturas y en diferentes ángulos.
Visita el Parque Ecoturístico
Por otro lado, existe el Parque Ecoturístico Cañón del Sumidero, en donde se pueden llevar a cabo actividades como senderismo y toma fotográfica de aves o naturaleza; además actividades de aventura como kayak, tirolesa, rappel y bici de montaña.
Esta opción es común para todos aquellos que desean estar todo el día en el parque y pasar un día de campo en familia para hacer otras cosas como nadar en sus albercas, comer en el restaurante o visitar el zoológico.
El Cañón del Sumidero es un icono del estado, que incluso se utiliza dentro de su escudo y representa la naturaleza de Chiapas. Lo más destacado es que es un básico que no te puedes perder en esta pródiga y afortunada tierra de fantasía hecha realidad.
#Nuncadejesdeviajar.