¿Eres de las personas que durante los viajes compran souvenirs con la finalidad de regalarlos, coleccionarlos o por la simple afición de llevar algo que inmortalice lo bien que la pasaste en ese lugar?
Dicen que recordar es volver a vivir y la manera de hacer que un viaje sea inolvidable es “quedarnos” con algo, ya sea físico, fotográfico o hasta algo que se traduzca como ritual.
Objetos de recuerdo para no olvidar un viaje
En El Souvenir nos dimos a la tarea de preguntar a diferentes viajeros qué artículos, objetos o cosas acostumbran traer de los destinos, y no vas a creer la variedad de respuestas que encontramos.
Desde los objetos clásicos como llaveritos, hasta las ideas más locas como besar a un local y después tomarse la foto para la colección.
Lo que, si es cierto, es que todo tipo de artículos se pueden conseguir en las plazas principales, tiendas de Souvenir o mercados artesanales, pero también hay otras cosas que no son fáciles de encontrar y se vuelven todo un reto durante el viaje.
Los clásicos objetos de recuerdo
Es común en los viajes a la playa, algunas personas llevan su botellita de arena como parte de un ritual; en cambio algunos los niños acostumbran juntar conchitas en la orilla de la playa para guardarlas en la maleta. ¿Quién no lo ha hecho?
Los llaveros con la leyenda: “Recuerdo de…” es un básico nada original, pero se vale porque es una manera de no olvidarse de lo bien que la pasaste en esas vacaciones.
Algunas personas también aplican comprar algún Souvenir con el nombre del destino: Tazas, vasos, imanes, postales, esferas de nieve artificial, placas de auto y las clásicas playeras ¿Vendrá de ahí la palabra, refiriéndose a la playa que se visitó?
Hay coleccionistas de imanes o magnetos con formas y colores en trabajos artesanales muy ingeniosos y vale la pena armar con ellos un rompecabezas en el refrigerador de la casa.
La nostalgia de los viajes
Algunos viajeros bohemios en peligro de extinción se caracterizan por guardar los tickets de entradas de museos, los pases de abordar de aerolíneas o autobús de las rutas que van hecho a lo largo de su viaje.
Algunos imprimen fotos del recuerdo para diseñar álbumes o crean todo un corcho artístico con imágenes y boletos. Definitivamente hay algo qué admirar en estos viajeros y es que la tecnología no les ha llegado aún.
Los nacionalistas
Otro tipo de viajeros coleccionistas de objetos de recuerdos, son aquellos que se quedan fascinados por el arte de los locales; y es por eso que deciden en cada viaje buscar prendas como playeras, bufandas, blusas, sombreros, gorras y hasta zapatos.
Vale la pena mencionar que aquí entran todos aquellos amantes del trabajo artesanal que además de ayudar a la economía de los maestros, escogen perfectamente cosas hechas de barro, vidrio, fibras y metales para adornar la casa, oficina o jardín.
Los coleccionistas monotemáticos son todos aquellos viajeros que gustan de ciertos personajes, animales, objetos que, sin importar la técnica o material, son felices coleccionando toda clase de: carritos, elefantes, gorras, muñecas, entre muchos otros ejemplos.
Lo más popular: llaveros e imanes / Lo más extraño: calzones
Lo más singular: caballitos para el tequila / Lo más romántico: besos
Lo internacional
Al salir a conocer otras nacionalidades no es difícil adoptar una afición de coleccionar algo que nos recuerde los lugares en donde hemos estado: monedas o billetes, banderas, servilletas de cafeterías, boletos de tren, postales, libros, discos LP, parches, entre muchos otros objetos.
Hay otros tipos de viajeros que van al mercado a buscar ingredientes autóctonos que puedan llevar en el equipaje y después realizar platillos que los hagan regresar a través de un delicioso bocado.
Merece mención especial a todos aquellos que les fascina comprar dulces típicos de sabores extraños o panecillos y galletas de empaques llamativos.
Lo intangible
Quizá de las cosas más originales es preferir no cargar, pero eso si llevar muchos recuerdos que se plasman en fotografías con la cámara o el celular. Algunos toman cúpulas de iglesias, otros sus zapatos en distintos tipos de suelo, y otros, prefieren fotografiar sonrisas.
Algunas personas deciden sorprender a los extraños pidiéndoles besos para después tomarse una selfie como muestra de su heroísmo.
Por el contrario, hay otras que disfrutan dibujar algo que les llame la atención o escribir sus memorias de viaje a manera de un diario o hasta recetas de lo que van comiendo.
Hagas lo que hagas, recuerda que viajar es una de las actividades más liberadoras del humano y curiosamente nos enganchamos con esa sensación de explorar otros mundos ajenos al nuestro; por eso se vale ser un coleccionista de recuerdos de viaje. ¿Tú cual eres?
No olvides que aunque sea un souvenir pequeñito hace sentir especial a la persona que se lo regalas y recuerda #nuncadejesdeviajar.