La Colina de las Cruces es un santuario/ cementerio tan único y peculiar situado en Lituania, a unos 12 kilómetros al norte de la ciudad de Šiauliai, poblado central cerca de la capital del país, para llegar es necesario tomar la carretera que va de Kaliningrado a Riga.
Es una colina que destaca como lugar sagrado y con una aura de misterio debido a su gran número de cruces que han sido colocadas a lo largo del tiempo por parte de los católicos lituanos.
La primera cruz…
Se cree que la primera cruz fue colocada en la colina en el siglo XIV, como recuerdo de un levantamiento fallido contra los Caballeros Teutónicos, antiguos señores tiranos que castigaban y aterrorizaban al pueblo.
A lo largo de los siglos, la colina se ha convertido en un lugar de peregrinación para los católicos lituanos, que han venido a colocar cruces en memoria de sus seres queridos, en agradecimiento por las oraciones
respondidas o simplemente como expresión de su fe, una experiencia llena de calidez, en una aura helada; un paraíso gris abrazada por la inevitable y nostálgica brisa de la muerte.
La Colina de las Cruces es un lugar poderoso y emotivo. Las miles de cruces que salpican la colina son un recordatorio de la fe y la resistencia del pueblo lituano.
La colina ha sido un lugar de consuelo y esperanza para muchos, y sigue siendo un importante lugar de peregrinación para los católicos de todo el mundo.
En 1993, el Papa Juan Pablo II visitó la Colina de las Cruces y tras maravillarse a la par que aterrirarze la declaró un santuario nacional.
Desde entonces, la colina se ha convertido en un popular destino turístico, sobre todos para aquellos amantes de lo lúgubre, lo terrorífico y de todo el mundo de seres oscuros y tragedias.
Datos curiosos de la Colina de las Cruces
Se estima que hay más de 100.000 cruces en la colina, incrustadas a lo largo de más de 500 años de historia, infamias y crímenes incluidos.
Las cruces están hechas de una variedad de materiales, incluyendo madera, metal y piedra, en algunos casos los materiales llegan a cuasi extremos por sus excentricidades; huesos de animales, metales preciosos ya oxidados por el tiempo, cuernos de elefantes, rinocerontes y un sinfín de mas locuras.
Algunas de las cruces son muy simples, mientras que otras están muy decoradas, las más pequeñas llegan apenas al medio metro de altura, mientras que las más enormes regalan a los curiosos una sombra de más de 4 metros.
La colina está abierta al público las 24 horas del día, los 7 días de la semana y por supuesto, la entrada es gratuita.
Un lugar con mucha historia
La Colina de las Cruces es considerado un destino turístico negro debido a su asociación con la muerte y el sufrimiento. A lo largo de su historia, la colina ha sido utilizada como lugar de entierro para varios pobladores y viajeros de paso, y muchas de las cruces que se encuentran allí han sido colocadas en memoria de seres queridos que han fallecido.
En otros casos, se han encontrado restos de tragedias y crímenes que son plasmados como un recuerdo trágico.
Además, la colina fue escenario de una serie de atrocidades durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando fue utilizada por los nazis como lugar de ejecución, dejando detrás varias cruces con la intención de aterrorizar al pueblo católico, judío y enemigo.
Es importante señalar que la Colina de las Cruces es también un lugar de gran importancia religiosa y cultural para muchos lituanos, un punto de encuentro entre los que nos quedamos y aquellos que
ya no están.
Ten en cuenta que la colina puede resultar en un lugar con mucha carga emocional, lo que puede resultar difícil para algunas personas.
La recomendación suele ser ir despejado y tomar la experiencia como un recordatorio de a donde es que terminamos todos, para así quizás, aprovechar nuestros días en plenitud. #Nuncadejesdeviajar!