¿Haz pensado en practicar ciclismo en Tecolutla? Eso es hacer ecoturismo, para ver la otra cara de un lugar donde habitan los cangrejos azules y violinistas. Una belleza que pocos tenemos el privilegio de conocer.
Aparte de aprender cosas nuevas y conocer muchas personas, el impacto del ecoturismo siempre será positivo, ¡Me encanta!
En mi más reciente visita a Tecolutla en Veracruz, tuve la oportunidad de conocer a “Kululú”.
“Kululú”
En esa región, existe un grupo de mujeres que realizan visitas guiadas por los rincones más sorprendentes del lugar, dicho grupo recibe el nombre de Los Amigos de la Naturaleza.
Ellas participan activamente en la conservación del patrimonio natural y cultural de su comunidad, de entrada ¿Ya suena interesante no?
Fui atendido por Laura, quien es conocida en el pueblo como la bióloga, una mujer que lidera al grupo y quien tuvo la atención de darnos el recorrido para conocer las cuatro lagunas del lugar.
Tres de ellas recientemente agregadas al mapa a causa de las inundaciones que sufrió el pueblo en 1999. Al realizar ciclismo en Tecolutla recorrerás más o menos 8 kilómetros en los que se convive directamente con la naturaleza y los paisajes.
El punto de encuentro fue a las 8:00 de la mañana en la plaza del centro. Ahí nos encontramos con Laura y dos chicos más quienes nos acompañaron durante toda la travesía.
Llevando consigo agua helada, fruta picada, herramientas, botiquín y equipo de protección; es decir, todo lo que pudiéramos requerir durante la expedición.
Paseos ciclistas
Hay que mencionar que Kululú no sólo ofrece paseos ciclistas, también realizan actividades de senderismo, caminatas, paseos en lancha y observación de aves, entre otros talleres ecológicos.
No tardamos mucho en arribar a la primer laguna, nos contaron que se originó debido a la inundación que previamente mencioné.
En aquella ocasión el río y el mar se unieron pero por encima del pueblo, trayendo consigo flora y fauna de ambos ecosistemas.
Ciclismo en Tecolutla: Las lagunas son hermosas
Algunos ejemplares de cocodrilos ya no pudieron regresar a su lugar de origen, por lo que se adaptaron a las lagunas tomándolas como su nuevo hogar. Un kilómetro más adelante pudimos llegar a la segunda laguna que está más bonita y grande.
Tiene un pequeño muelle, un lugarcito en el que se antoja ver el atardecer, tomarse una cerveza o una copa de vino disfrutando de una buena compañía.
La tercer parada
La tercera laguna que está localizada unos metros más adelante, es el hogar de cocodrilos y otros animales más.
De acuerdo con Laura, a la fecha no se han hecho las investigaciones necesarias para saber la cantidad de estos reptiles y otras especies que alberga cada laguna.
Es por eso que se está invitando a estudiantes de biología o carreras afines para que vayan a hacer su tesis a Tecolutla. En esta tercera laguna es hasta donde llega el camino pavimentado, después de ello, comienza la aventura.
Seguimos por una vía de terracería, hasta llegar a un rancho en el que abrimos la puerta y nos metimos como si fuera nuestro.
Metros más adelante, estaba la casa en la que viven los dueños y les pedimos permiso para que nos dejaran continuar con el camino hacia la cuarta y última laguna.
A nuestro paso haciendo ciclismo en Tecolutla, era curioso ver cómo en nuestro andar todos los cangrejos que estaban sobre el camino rápidamente desaparecían para esconderse dentro de sus madrigueras.
Ciclismo en Tecolutla: Fauna en Kululú
Laura nos explicó que en la selva siguen habitando muchos animales silvestres; entre los que hay, destacan mapaches, tlacuaches, tecolotes, chachalacas, zopilotes y águilas.
También existen manglares de diferentes especies. Pero al que más recuerdo es al cangrejo azul, una especie endémica de la región que tristemente se encuentra en peligro de extinción.
El cangrejo azul es altamente codiciado en los mercados de mariscos debido a su característico color azul y gran tamaño. Laura nos presentó también a varios de los primos de este crustáceo, como el cangrejo violinista, llamado así por el tamaño de la pinza que desarrollan.
Cuando se encuentran en periodo de apareamiento -que es justo en los meses del verano- el macho mueve de un lado a otro su gran pinza para seducir a la hembra, imitando el movimiento que hacen los violinistas.
Esta especie también comienza a estar en peligro porque los pescadores les arrancan la tenaza ya que es bien carnosa y fácil de vender en el mercado.
Aunque la pinza les vuelve a crecer igual que el resto de las patas, ya no les crece del mismo tamaño, por lo que en automático dejan de ser atractivos para las hembras, dificultando así su apareamiento.
La cuarta parada
Finalmente llegamos a la cuarta laguna, un gigantesco cuerpo de agua en donde se cultiva la mayor cantidad de ostiones de la región.
Los ostiones son de suma importancia para preservar el ecosistema, ya que tan sólo uno de ellos es capaz de filtrar hasta 80 litros de agua por día, de ahí que su cultivo sea tan favorable para la laguna.
Kululú está apoyando a la región y organizando diferentes actividades a favor del medio ambiente, como proyectos de reforestación, concientización para los pescadores y habitantes a través de la educación ambiental.
El final de Kululú
Recolección de basura e incluso capacitan a las personas que hoy en día ofrecen los recorridos en lancha. Kululú se ha puesto muy bien la camiseta de Tecolutla y continuamente emprende proyectos ecoturísticos en beneficio de la comunidad.
Una vez terminado el recorrido por todas las lagunas, nos dimos tiempo para descansar, comimos algo de botana, la fruta y el agua que amablemente nos llevaron los chicos.
Laura me puso la pócima de una hierba de la región en aguardiente para mis picaduras de mosquitos, la cual actuó como magia sobre las ronchas enormes.
Emprendimos nuestro regreso y metros más adelante pudimos observar uno de los escenarios más lindos que he visto, justamente el lugar donde se unen la laguna y el mar. Ahí había un par de pescadores con quienes pudimos conversar por unos minutos.
Observar cómo pescaban y nos dejamos llevar por la inmensidad de la laguna y el océano. El regreso fue mucho más rápido, pero más pesado, ya era casi medio día, por lo que el sol de verano pegaba a todo lo que da.
Sin duda alguna fue un paseo muy divertido, que nos dejó conocer una Tecolutla de esencia natural; desde la óptica del ecoturismo, como una gran alternativa de diversión y entretenimiento.
Recomendaciones
Si deseas vivir la experiencia de practicar ciclismo en Tecolutla, por favor contacta a la bióloga Laura o a alguna de sus colaboradoras en el teléfono: 01766 846 0275 o al Celular: 766 103 4507, o bien en el módulo que se encuentra en el Parque del Centro.
Puedes estar seguro que por menos de $200.00 pesos mexicanos podrás disfrutar de grandes experiencias en contacto directo con la naturaleza y con las personas del lugar, finalmente esa es la verdadera esencia.
Olvídate del ruido y contaminación de la ciudad, visita Kululú y sorpréndete con las maravillas que la naturaleza nos da. Y recuerda, #NuncaDejesDeViajar