Los churros son uno de esos antojos que todos hemos tenido, y que han estado ahí casi desde la existencia del mexicano moderno. Ya sean rellenos con cajeta o leche condensada, de chocolate o simplemente espolvoreado de azúcar y canela, es casi seguro que todos, en algún momento, hayamos sucumbido a comprar este postre frito mientras deambulábamos por la calle.
En todo México, los churros se disfrutan de formas muy similares, pero en Jalisco, este postre tiene algo que lo hace único… Grande, suave por dentro y crujiente por fuera, con una silueta anamorfa y un espléndido sabor. Así son los churros gordos de Jalisco.
¿Qué son los CHURROS GORDOS?
Originarios de los altos de Jalisco —populares en los municipios Tlaquepaque, Ocotlán y Arandas—, los churros gordos son churros que se pueden diferenciar por su gran tamaño, en comparación con el resto de churros que se pueden encontrar en abundancia por el resto de la república mexicana. En Jalisco estos se hacen con una masa similar a la usada para donas, y se fríe haciendo una rueda o espiral en el aceite caliente.
Los churros gordos se cortan en porciones, se bañan con azúcar y canela y se rellenan con todo tipo de manjares, como cajeta del bajío, crema de avellana, mermeladas, lechera o, si prefieres, plátano frito, helado o fresas. Su tamaño, en donde cabe casi cualquier cosa, abre la puerta de la imaginación; además, puedes acompañarlos con chocolate o atole.
El origen de los CHURROS GORDOS
Se dice que estos churros son originarios de Ocotlán y surgieron con el nombre de churro relleno, o como se conoce localmente: “putazos”. La razón de este nombre no está del todo clara; muchos dicen que proviene del náhuatl, que describe la caída de los zapotes. Aunque en Ocotlán, uno de los vendedores más populares (ubicado en la esquina de Aquiles Serdán y Ocampo) dice que este nombre se debe a su gran tamaño, porque “con uno vas a tener”.
Este postre se extendió por todos los altos de Jalisco y ahora se puede encontrar en la ciudad de Guadalajara, en Tijuana y hasta en Estados Unidos.
Y aunque estos churros tengan similitud con las porras de España (que son churros más gruesos y que se hacen en forma de rosca), los de los jaliscienses se distinguen por su forma y la masa con la que se preparan. Los churros gordos se hacen tomando porciones de masa, la cual se aplana y se alarga para luego sumergirla en aceite, formando el glorioso y dulce espiral.
Muchas de las ciudades de la perla tapatía ofrecen este manjar callejero y puedes ubicarlos gracias a sus rústicos carritos o puestos con ollas gigantes de aceite. Los puedes comprar completos o en porciones, dependiendo de tu hambre o antojo.
DESEANDO probar…
En tu próxima aventura por Jalisco, no dudes en darle una oportunidad a este delicioso postre tradicional. Las opciones para rellenarlo son muchas, casi infinitas, así como los incontables puestos que los venden desde la tarde hasta la noche… Y tú, ¿ya conocías los churros gordos? ❖
#NuncaDejesDeViajar

