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Chay-Sanic: La leyenda maya del ECLIPSE SOLAR

PORTADA Leyenda Maya Eclipse Solar

PORTADA Leyenda Maya Eclipse Solar

Hoy, 8 de abril, el cielo se oscurecerá una vez más con la llegada de un eclipse solar. Este fenómeno natural, que nos recuerda el poder y la inmensidad del universo, también ha inspirado historias y leyendas a lo largo de la historia.

Leyenda Maya del Eclipse Solar. Foto-Web

Una de estas leyendas, proveniente de la selva maya de Guatemala, nos narra la increíble hazaña de un zompopo llamado Chay-Sanic, quien desafió las leyes de la naturaleza para alcanzar el sol.

La leyenda maya del eclipse solar

En lo más profundo de la selva guatemalteca, donde las ceibas centenarias se elevan hacia el cielo y el canto de las aves se mezcla con el susurro del viento, vivía una hormiga diferente a las demás. Se llamaba Chay-Sanic y, a diferencia de sus compañeras que dedicaban su vida a cortar y transportar hojas, él soñaba con alcanzar el sol.

Zompopo. Foto-Web

Cada mañana, mientras el sol se asomaba por el horizonte, Chay-Sanic observaba su brillo radiante y se preguntaba si algún día podría llegar hasta él. Las demás hormigas se reían de sus sueños, diciéndole que su lugar era en la tierra, trepando árboles y cumpliendo su rol en la colonia. Pero Chay-Sanic no podía acallar el deseo que ardía en su pequeño corazón.

Chay-Sanic: La leyenda del eclipse solar

Un día, mientras conversaba con una guacamaya que anidaba en un árbol cercano, Chay-Sanic le preguntó si ella había visto alguna vez el sol de cerca. La guacamaya, con plumas tan coloridas como el arcoíris, le respondió con arrogancia que ella volaba hasta el sol todos los días. Chay-Sanic, lleno de esperanza, le preguntó si él también podría hacerlo. La guacamaya se burló de él, diciéndole que las hormigas solo estaban hechas para cortar hojas y trepar árboles.

La hormiga habla con la guacamaya en la leyenda maya del eclipse. Foto-Web

Desanimado, pero sin rendirse, Chay-Sanic regresó a su hormiguero. No podía entender por qué no podía alcanzar sus sueños solo porque era una hormiga. Decidido a demostrarles a todos que estaba equivocado, Chay-Sanic emprendió su viaje hacia el sol, sin esperar el apoyo de nadie más.

El zompopo comenzó a trepar la ceiba. Foto-Web

Comenzó a trepar la ceiba más alta que jamás había visto. Era un gigante verde que se elevaba hacia el cielo, tocando las nubes con sus ramas. El sol salía y se ocultaba mientras Chay-Sanic ascendía, sus pequeñas patas se cansaban y sus mandíbulas dolían, pero su determinación era más fuerte que cualquier obstáculo.

El momento del eclipse

Finalmente, después de días de esfuerzo y sacrificio, Chay-Sanic llegó a la cima de la ceiba. Desde allí, pudo ver el sol en todo su esplendor, más grande y radiante de lo que había imaginado. Sin dudarlo un instante, Chay-Sanic trepó hasta el sol y le dio un mordisco con sus mandíbulas.

Leyenda del Eclipse Solar. Foto-Web

En ese momento, lo imposible se hizo realidad. El sol, al sentir el mordisco de la hormiga, se oscureció y comenzó a brillar con una luz tenue y rojiza. La luz del sol se esparció por toda la selva, creando un eclipse solar que nunca antes se había visto.

La leyenda maya del eclipse solar. Foto-Web

Las demás hormigas, que observaban desde abajo, se quedaron asombradas por lo que estaban presenciando. El sol, que siempre había sido un símbolo de luz y calor, ahora se veía como una luna gigante.

La hormiga que mordió al sol

La hormiga que mordió el sol. Foto-Web

Desde ese día, Chay-Sanic se convirtió en una leyenda en la selva guatemalteca. Se dice que la hormiga que mordió al sol vive ahora en el cielo, convertida en el lucero de la mañana, acompañando al sol en su viaje por el cielo. Y de vez en cuando, para sorpresa de todos, Chay-Sanic regresa a la tierra y repite su hazaña, recordándole al mundo que los sueños, sin importar lo pequeños o improbables que parezcan, siempre pueden hacerse realidad.

#NuncaDejesDeViajar

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