¿Recuerdas aquella vieja película de los años 40 cuyo nombre se inspiraba en una ciudad de Marruecos ?
Este sitio es hogar de millones de personas que disfrutan desde sus calles la belleza y misticismo de las tierras africanas.
Cuenta con un clima mediterráneo ideal para olvidarte de la cámara de tu celular y regresar a los viejos lentes fotográficos para tomar las más impresionantes imágenes.
¡Ponte tus lentes de sol, ropa ligera y embárcarte a una aventura sin igual por Marruecos!
La característica que más resalta de la ciudad es su arquitectura, sus imponentes construcciones fusionan los estilos neo-morisco y el art-decó.
Bastará un paseo por la zona centro, para disfrutar de antigüedad de las construcciones que contrastan con los edificios y rascacielos modernos.
Si eres amante de la arquitectura, en esta ciudad podrás apreciar los más mínimos detalles que han sido cuidados para el disfrute de propios y ajenos.
Adéntrate a la Antigua Medina, un área llena de callejones que serpentean colinas y recorren parte de la añeja Casablanca.
Olvida por un momento que eres un turista y pasea por mercados como si de un habitante te trataras.
Sólo de esa forma podrás capturar postales de colores intensos y gente con turbantes comercializando o haciendo su vida diaria. ¡Te vas a sorprender!
Joyas de Casablanca
Sobre la Avenida Hassan II se encuentrauna Mezquita del siglo XX.
Su minarete es el más alto del mundo, mide cerca de 200 metros de altura y tiene espacio para ofrecer ceremonias a casi 25,000 personas.
Este edificio es radiante tanto por dentro como por fuera, en su patio existe un estanque que refleja el azul del cielo cada tarde cuando descubren su techo abatible.
La decoración de la mezquita consta de hermosos mosaicos, madera, lámparas de cristal y columnas de mármol.
En la misma calle se localiza el Boulevard Mohammed-V y el Meskini, una extensa plaza llena de construcciones art-decó.
Este estilo ha reinado desde la época de los 30 cuando se difundió y empezó a extenderse por las colonias británicas, españolas y americanas.
Los imperdibles de la ciudad
Las calles de Casablanca desembocan irremediablemente en un extenso litoral, excelente lugar para darte un respiro mientras ves la tarde caer.
Siéntate en alguna de sus bancas y observa como el mar se convierte en un espejo que se funde sutilmente con el cielo.
Mira la luz que brilla reflejándose sobre las nubes y experimenta cómo despierta en ti una sensación de agradecimiento indescriptible por estar en un mágico lugar.
Cerca del lugar, podrás degustar platillos típicos de Marruecos hechos a base de vegetales, como los cubos de berenjena acompañados con carne y pan árabe.
Como toda ciudad llena de posibilidades, Casablanca te incita a que disfrutes de su vida nocturna, de sus parques. Y recuerda nunca dejes de viajar