Mientras las calles de la Ciudad de México seguían su rutina diaria, dentro de la famosa Torre Latinoamericana se estaba llevando un espectáculo sin igual. Y es que, el 5 de julio del 2025, arrancó la segunda edición de la Carrera de Botargas. Una carrera donde divertidos y peculiares personajes se enfrentaron a una atrevida carrera vertical en la escalera de caracol del edificio.
La PISTA es mi TEMPLO…
La cita se dio a las 08:00 a.m. en el piso 35 de la Torre Latino. Se trata de un piso vacío donde los botargueros pudieron desayunar, cambiarse y entrenar un poco. A pesar de que el silencio entre los asistentes llenaba el ambiente, no tardó en romperse cuando los personajes comenzaron a cobrar vida.
Bailes, saltos y calentamientos no tardaron en volver divertido el lugar. Era un espectáculo aparte. Pero para conocer un poco más sobre la dinámica, platicamos con Gabriel T., colaborador del área de relaciones públicas de la Torre Latinoamericana. Gabriel nos contó que la idea de la Carrera de Botargas surge como una forma de intentar hacer colaborar con la Torre a las diferentes marcas presentes en la carrera.
Y es que el mirador de la Torre Latino realiza distintos eventos culturales durante todo el año. En la Carrera de Botargas se convocó a marcas, restaurantes y asociaciones a participar con sus personajes, lo que significa una oportunidad de colaboración. Aun así, la Torre Latinoamericana tenía una regla para los participantes… Que las botargas fueran lo más divertidas posible.
El MEJOR ESPECTÁCULO
Entre los asistentes a la Carrera de Botargas se encontraba Tunencio, el adorable personaje de la marca de atún Tuny. La razón por la que Tunencio participó también estaba relacionada como una forma de difusión. Su participación serviría para poder hacer contenido para sus redes sociales.
Otro de los favoritos era la simpática gallina Ben, del restaurante Caldos Ben´s. Esta botarga se ganó la atención de muchos con sus bailes y movimientos ocurrentes. Pero detrás de esta linda imagen se encuentra Sebastián Rigel, un actor que lleva aproximadamente 1 año trabajando de botarguero. Sebastián nos platicó que para poder concursar, tuvo que entrenar subiendo las escaleras del Tren Ligero de la Ciudad de México con la botarga puesta.
Y es que, a voz de Sebastián, usar botargas no es un trabajo sencillo, o al menos no en el caso de la Gallina Ben. Parte del encanto de este personaje es su tamaño; la botarga se infla para poder obtener su figura. Para ello, tiene una pequeña bomba de aire en su interior, que crea un efecto de sauna. Aun así, y sabiendo que estaba en desventaja con otras botargas —que simplemente consistían en una cabeza—, Ben se enfrentó a la carrera.
En sus MARCAS… Listos… ¡FUERA!
Una vez listos los botargueros, comenzó la carrera con una dinámica que buscaba medir la velocidad, pero sin poner en riesgo a nadie: Al ser unas escaleras estrechas, los concursantes salían uno por uno, con una diferencia de 2 minutos, desde el piso 35, donde se enlazaban con las primeras escaleras de caracol que les daba continuidad al resto de los siguientes niveles.
La meta era el piso 44, o mejor conocido como el mirador de la Torre Latinoamericana. Cada personaje en la Carrera de Botargas buscaba llegar al piso 44 en el menor tiempo posible. Quien lograra el menor tiempo resultaría ganador.
Una vez establecidas las reglas, solo quedaba esperar en los diferentes pisos para poder disfrutar del recorrido de las botargas. Algunas iban rápido, otras tenían dificultades para poder subir las escaleras. Algunos de los personajes iban acompañados de un grupo de fans, quienes esperaban el momento preciso para poder lanzar gritos de aliento. Al final, el objetivo era disfrutar y llegar a la meta.
Es importante mencionar que cada una de las botargas tenía que ir acompañada de un coach: una persona que los ayudaba en complicaciones durante el camino, estando alerta de sus necesidades —como calor o sed— y los ayudaba a mantener los ojos en la meta.
El DESEADO piso 44 de la CARRERA de BOTARGAS
Al llegar a la cima, las botargas permanecieron alrededor del mirador de la Torre Latino, donde todas recibieron una medalla. A pesar de que se tenía el registro de 31 botargas, solamente asistieron 21 a la carrera. Arriba, con el hermoso paisaje citadino de fondo, se dio lugar a algunas fotos oficiales y un breve descanso de los botargueros, que se encontraban agotados después de subir los 9 retadores pisos.
También fue el lugar donde muchos de los personajes dejaron relucir su verdadera identidad: trabajadores, voluntarios e incluso maratonistas que fueron invitados para llegar a la meta. Después del breve descanso de la Carrera de Botargas, los botargueros bajaron al piso 37, donde inició la espera para conocer al ganador.
Mientras el equipo de estadística de la carrera realizaba el conteo de tiempos, las botargas aprovecharon para dar un pequeño show a los asistentes. Bailes, convivencias y gritos se adueñaron del piso, donde se comenzó a pronosticar inexpertamente a los ganadores.
El FIN de la CARRERA de BOTARGAS
Finalmente, la espera terminó, y se anunciaron a los vencedores: Boss, de Boston´s Pizzas, logró el 4to lugar con un tiempo de 1.39 minutos. En 3er lugar, y con un tiempo de 1.27 minutos, Wolfie, del Instituto Cultural Azteca. En 2do lugar, y con 1.25 segundos, Tower Boy, uno de los personajes de la Torre Latino. Y arrebatando el 1er lugar con 1.09 asombrosos minutos, Torrencio: La botarga principal de la Torre Latinoamericana. Los ganadores obtuvieron una bolsa de regalos de la torre, y la emoción comenzó a disiparse cuando los botargueros se quitaron los trajes.
La Carrera de Botargas es una invitación a la comunidad cultural, donde la diversión y el entusiasmo por personajes que usualmente vemos en las calles se apoderan del punto más alto del Centro Histórico de la ciudad. Por ahora, nos mantenemos emocionados por esta segunda edición de la Carrera de Botargas, esperando que el siguiente año, esa misma emoción pueda ser replicada… ❖
#NuncaDejesDeViajar