A unos cuantos kilómetros de Honshu en Japón, encontramos una pequeña y maravillosa isla llamada Kyushu la cual da albergue a una insólita ciudad conocida como Beppu, los nueve infiernos de Japón.
Hogar de uno de los más deslumbrantes regalos que la madre naturaleza ha creado. A lo largo de todo el año, cientos de viajeros son atraídos por los beneficios curativos que las aguas cálidas y relajantes proveen al sumergirse en ellas.
Los mejores beneficios curativos
El cuidado constante de la piel está directamente relacionado con la relajación mental y el equilibrio entre el cuerpo y el alma. El resultado son personas más sanas y vigorosas.
Años atrás estos baños termales servían como una práctica para socializar entre la élite. Al paso tiempo se descubrieron los beneficios terapéuticos, medicinales y relajantes que otorgaban los componentes de las ricas aguas, que se convirtieron en una experiencia más popular.
Beppu, se caracteriza por estar cubierta casi en su totalidad por una enorme nube blanca resultado del vapor de las termas que la rodean, cuenta con más de tres mil spas.
Pero ninguno de ellos es tan maravilloso como los insólitos “Jigoku” o “Infiernos” nombrados así por las inhóspitas características sanadoras que los hacen inigualables.
La belleza de Beppu
Cuenta la antigua leyenda, que durante la invasión que sufría Beppu por los Mongoles, el gran Samurái Otomo Yoriyusa al ver gravemente herido a su ejército, mandó construir chozas a la orilla de las termas para ayudar a sanar las heridas de los soldados de forma más efectiva.
El origen de la potente actividad geotérmica de Beppu viene del Monte Aso, el volcán más activo del país y uno de los más grandes del mundo. El aporte mineral para las Tierras que lo rodean beneficia a cada ser vivo cercano.
Los “Nueve Infiernos” son maravillas naturales que de una forma impresionante permiten que el ojo humano se deleité por su inigualable belleza; la cual radica en los brotes de agua que nacen de las entrañas de la tierra y que buscan una salida creando albercas naturales.
Mucha gente aprovecha y se sumerge en las albercas alentados por sus propiedades sanadoras y para el esparcimiento. Algunos de estos lugares sólo es posible admirarlos, ya que sus altas temperaturas prohíben siquiera tocarlos.
Los Infiernos de Beppu en Japón
El “Infierno del mar” mejor conocido como Umi igoku; es uno de los más limpios y hermosos del lugar, brotan de él deliciosas aguas calientes de color azul turquesa, que invitan al descanso.
Por otro lado se encuentra Oniishi Bozu Jigoku o “Ronquido del demonio” es el nacimiento más peculiar de todos.
Al tratarse de un pequeño estanque de barro en donde emergen desde su interior, enormes burbujas dejando consigo impresionantes ondas circulares.
El “Infierno en Blanco” o Shiraike Jigoku nos regala una increíble visión de sus aguas de color blanco puro que dejan a su paso una inmensa neblina del mismo color.
Recorrido por los infiernos de la relajación
La “Caldera del infierno” o Kamado Jigoku se trata de una pequeña alberca de índole sumamente natural; que ofrece ricas aguas de temperaturas verdaderamente agradables para pasar horas en su interior.
El “Infierno del dragón dorado” conocido como Kinryu Jigoku; es silenciosamente resguardado por la estatua de un hermoso dragón que cuida sigilosamente los secretos que esconden estas relajantes aguas.
Oniyama Jigoku o ”El monstruo de la montaña” es famoso por su tibia agua y su peculiar color verde pantano. No creo que estés esperando ningún tipo de fauna, te sorprenderás con los cocodrilos que lo habitan.
Yama Jigoku es el “Infierno de la montaña” el cual se conforma por algunos pequeños estanques con las aguas más calientes de todos los infiernos.
Chinoike Jigoku mayormente acreditado como el “Infierno de Sangre” es el más espectacular y popular no sólo en la región, sino en ¡todo el mundo! obsequiándonos una inigualable vista que puede apreciarse desde lo lejos.
Su exclusivo color rojo combinado con los vapores que emana, son un capricho y deleite para la vista. La abundancia de hierro le imprime ese peculiar color que deslumbra a chicos y grandes.
Un infernal regalo de la naturaleza
Por último pero no menos importante se encuentra el “Infierno tornado” o Tatsumaki Jigoku. Un pequeño pero grandioso geiser que emana desde las profundidades lanzando largos chorros de agua que buscan el cielo.
Los componentes naturales que emanan de estas calurosas aguas son sales, aluminio, ácidos y sulfuros. Cualidades naturales para sólo apreciarse ya que las temperaturas que alcanzan algunos de estos chorros sobrepasan los 98ºC.
Sin embargo, la experiencia de poder estar presente y admirarlos es realmente extraordinaria. Existen hoteles que proveen dentro de sus instalaciones y servicios, la experiencia de envolverse en estas inigualables aguas termales.
Conjugando los beneficios curativos con unos excitantes momentos de relajación; sin dejar a un lado las propiedades del barro, el uso de las piedras y un sinfín de técnicas para mantener tu piel realmente limpia y exfoliada.
Visitar este maravilloso lugar es imprescindible y no sólo por “Los infiernos”, sino por la oportunidad de estar rodeado de esta cantidad de vegetación. Sin duda, un regalo de salud natural y casi mágico.
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