Un viaje que recordaré por siempre, no por los museos, ni la comida, ni las playas, sino por la Iglesia Notre Dame en Montreal. Un centro religioso para feligreses y turistas.
El cual además de belleza tiene muchos tours e imágenes que ofrecer. Los mejores recuerdos de las vacaciones son aquellos que nos llegan por sorpresa.
Momentos de esos lugares inesperados que se encuentran al doblar la esquina, escondidos por los callejones o a la vista de todos.
Son aquellos que no se encuentran en las guías de viaje y aunque así fuera, jamás te enseñaran la sensación que te embargará al descubrirlos.
Fue eso precisamente lo que me sucedió en mi estancia en la fascinante ciudad canadiense de Montreal, había tenido un día largo lleno de caminatas y lo único que deseaba era regresar a mi hotel y descansar.
Un lugar importante en Montreal
Cuando descubrí La Place D ’armes , un tímido parque que cuenta con una estatua central la cual me sorprendió ya que se trataba de Maisonneuve.
Maisonneuve fue uno de los fundadores de la ciudad. Alrededor de él se encontraban un hotel, un banco y la Basílica de Notre Dame.
Recuerdo haberme acercado al templo por mero impulso, no sé si fue por mi herencia religiosa o porque como buen viajero, uno debe visitar el centro religioso a donde vayas.
Ahí es donde se congregan las personas y aunque compartamos su religión o no, significa la base para el buen entendimiento de las culturas, las personas y por ende, de una comunidad.
A decir verdad por fuera a pesar de ser una gran obra arquitectónica no destaca por encima de cualquier otra basílica europea.
El estilo neogótico de sus dos torres nos recuerdan a su similar en la catedral de París. Cuenta con tres arcos en la entrada y una cruz muy pequeña en lo alto.
Fue el momento de abrir la puerta, al mirar en su interior que recordé porque nunca hay que juzgar a nada ni a nadie por su aspecto exterior, pues su interior siempre puede ser espectacular.
Sólo la poesía podría describir lo que sentí en ese momento, era como si las puertas del cielo se hubieran abierto y yo me quedara perplejo mirando cómo en su interior los ángeles me invitaran a pasar.
Detalles de un lugar histórico, Iglesia Notre Dame en Montreal
Por lo contrario a lo que se podría pensar, la Iglesia Notre Dame no es un lugar lleno de luz y eso es lo que la hace espectacular.
La ausencia de luz natural provoca que la iluminación artificial juegue un papel tan importante como las pinturas y los retablos.
El techo que cruza el templo desde la entrada hasta el altar se encuentra pintado a manera de que asemeje el firmamento. Azul obscuro y estrellas doradas distribuidas a lo largo como señalando el camino a la vida eterna.
La pieza central del altar es la crucifixión la cual nos presenta a Jesús en la cruz y junto a él su madre la Virgen María, Juan y María Magdalena a sus pies, es una escena típica de cualquier iglesia alrededor del mundo.
Sin embargo la forma en la que es presentada, la belleza de las esculturas y la luz detrás de ellas pareciera que de repente cobraran vida.
Alrededor de la crucifixión se pueden observar diversos personajes del antiguo testamento y una imagen muy escalofriante y estremecedora del Calvario.
Y aunque la basílica se terminó de construir en 1870 todas las imágenes, pinturas y retablos se encuentran en perfectas condiciones.
Después de haber recuperado el aliento me dispuse a caminar por sus pasillos, y fue así que descubrí el púlpito en medio de la basílica. Un lugar majestuoso al cual se asciende por unas escaleras.
Desafortunadamente en ese momento no se estaba oficiando misa sino me hubiera encantado escuchar un sermón desde sus alturas.
Una reconstrucción dedicada al arte
Otro elemento que jamás olvidaré son los hermosos vitrales que adornan a Notre Dame. Fueron mandados a construir durante la celebración del centenario de la basílica.
Para el día de hoy lucen como si no hubiera pasado el tiempo. La luz los atraviesa e ilumina los libros de oración y los rosarios de los parroquianos.
En contraste con esta obscuridad nos encontramos con la Capilla de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, un lugar iluminado que pareciera haber sido cubierta con pintura de oro.
Es un lugar de paz y tranquilidad donde se puede sentar a orar lejos de los turistas que visitan la basílica. Estando ahí parece imposible imaginar que un día del año de 1978 esa capilla ardió casi en su totalidad.
Iglesia Notre Dame en Montreal
Lo que disfrutamos hoy en día es obra de la reconstrucción de manos trabajadoras y dedicadas al arte. Arriba en lo alto se encuentra un órgano francés clásico.
No es muy común que lo toquen pero cuando lo hacen es sin duda un evento espectacular. Cuenta con 1648 flautas a través de las cuales circula el aire.
Que hará vibrar el entorno religioso y a los visitantes que llegan entusiasmados a las diferentes misas para escuchar sus acordes.
Pero no creas que todo esto sólo es para mirar como si de un museo se tratara, en realidad yo creo que es todo lo contrario, Notre Dame es un lugar vivo que recibe tanto a feligreses como a turistas.
Si tu quieres visitarla sólo debes de acercarte y pagar una cuota de recuperación de 5 dólares canadienses, los fondos recaudados son utilizados para el mantenimiento de la basílica.
Tours a la Iglesia Notre Dame en Montreal
Puedes tomar algunos de los diferentes tours que se ofrecen dentro del recinto, como el de 60 minutos que relata todos esos datos históricos o leyendas urbanas que nos gusta saber y que ningún libro nos puede contar.
Otra opción es sentarse en el órgano con los amigos y descubrir todos sus secretos o asomarse por el balcón del coro.
El espectáculo más importante que se lleva a cabo en Notre Dame se llama “Y se hizo la luz” . Un show que muestra a la Basílica como un lienzo en donde la luz y la música pintan un sinfín de colores, imágenes y emociones.
Este evento se presenta en ocasiones especiales y tiene un costo adicional, para más información de fechas y costos visita la página de la basílica. www.basiliquenddm.org.
Notre-Dame abre todos los días desde las 7:30am, así que no tienes pretexto para no visitarla, déjate sorprender como yo, en la que posiblemente sea la más bonita basílica en la que haya estado.
#NuncaDejesDeViajar