¿Te imaginas tomar el sol en una playa llena de dunas de arena blanca? ¿O bucear en el mar que el oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau bautizó como el acuario del mundo?. Ven a un tour por la Bahía de San Carlos.
Está ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de Hermosillo, más o menos a 390 Kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
Llegar a ella es enfrentarse a un imponente y majestuoso cerro que domina el panorama, se trata del cerro del Tetakawi, un sitio con gran significado para indios Yaquis y Seris.
Quienes veían en su silueta gran inspiración espiritual, de echo ellos fueron quienes lo nombraron de esta forma y cuyo significado quiere decir. “Tetas de Cabra”.
Diversión a todas horas
Cuando llegué al lugar, quedé sorprendido al darme cuenta que no sólo tiene múltiples opciones de distracción y descanso, sino que también termina por enamorar a cualquiera que lo visita.
Y es que el puerto es un lugar encantador, tranquilo por el día y con mucha actividad por la noche, su kiosco tipo morisco mira a los turistas pasar frente a él, mientras que la Iglesia de San Fernando abre sus puertas a los feligreses quienes se disponen a rezar.
La gente se reúne en la Plaza del Pescador en donde una estatua alusiva al trabajo de estos personajes engalana el malecón.
Muchos de los visitantes llegan vía marítima, los yates embarcan en alguna de las dos marinas: La Marina de San Carlos y La Marina Real.
Ambas cuentan con toda la infraestructura para albergar a los entusiastas viajeros quienes ansían vivir una experiencia inolvidable de la región.
Playa Algodones
Tampoco te pierdas de este lugar, que obtuvo su nombre gracias a sus preciosas dunas blancas donde podemos recostarnos y disfrutar de una vista incomparable del Mar de Cortés.
El lugar alberga distintas especies de flora desértica como: matorrales, sahuaros y palmas, muchas personas la visitan por las actividades y deportes de playa que se organizan regularmente como el fútbol playero y el voleibol.
Para los que no les basta tomar el sol, también existe la “Playa San Francisco” la cual es ideal para la práctica del snorkeling y el Kayak.
Aquí los niños pueden tener horas de diversión construyendo castillos de arena, mientras los padres disfrutan de un sabroso oleaje moderado y con visor en mano se aventuran en las cristalinas aguas.
Cerca de la Bahía, entre San Carlos y Guaymas se encuentra el “Delfinario Sonora”, un espacio para la protección de los mamíferos marinos, este centro se especializa en todo tipo de terapias asistidas por delfines.
Las cuales pueden ayudar en la cura de enfermedades neurológicas, motrices, psiquiátricas y crónicas. Sin embargo, no es necesario estar en recuperación para recibir estas terapias.
Cañón Las Barajitas
Cada rincón de San Carlos es un encuentro con la naturaleza, tal es el caso del Cañón “Las Barajitas”, una hermosa área natural protegida accesible sólo por vía marítima.
Es famoso por la conjunción de tres ecosistemas diferentes: la montaña, el mar y el desierto, los visitantes pueden rentar cabañas de maderas construidas con la intención de fomentar el ecoturismo y beneficiar a los lugareños.
Ya estando ahí no puedes perder la oportunidad de ponerte el traje de buzo y explorar el “Albatun”, una embarcación que yace hundida en el fondo marítimo y que se ha convertido en un arrecife natural.
Visitar el cañón de “Las Barajitas” es imaginar que rentamos una playa privada, la montaña abraza al mar como queriéndolo retener entre sus brazos.
Estar en este paraíso es saberse íntimo con el medio ambiente, entablar una conversación con los elementos básicos de la vida y sentirse pleno.
Isla de San Pedro Nolasco
A partir del cañón podemos embarcarnos nuevamente con rumbo a la “Isla de San Pedro Nolasco”, la cual forma parte del área protegida conocida como “Islas y Áreas protegidas del Golfo de California”.
La isla esta deshabitada por seres humanos pero cuenta con gran población de lobos marinos y aves residentes. Se calcula que entre el 33% y el 39% de las especies de mamíferos del mundo viven en estas aguas decretadas patrimonio.
Su temperatura y salinidad son tan amables para los peces y todas las especies, que incluso la ballena gris acude cada año de noviembre a marzo para su reproducción y alumbramiento.
El aeropuerto de Bahía de San Carlos es utilizado en su mayoría por aerolíneas regionales, por lo que es más fácil volar al aeropuerto de Hermosillo, Sonora y de ahí desplazarse vía terrestre hasta el puerto.
Se pueden encontrar hoteles para todos los bolsillos, desde los más económicos hasta los que ofrecen más comodidades y servicios.
Si eres un viajero que disfruta explorar nuevos lugares, la Bahía de San Carlos es una excelente opción, sólo debes darte un espacio para la contemplación, la relajación y ¿por qué no? Una buena dosis de diversión. #Nuncadejesdeviajar.