Chetumal es un destino que no muchos conocen y tal vez no está en sus planes de viaje; sin embargo, tiene muchas cosas qué ofrecer. Una de ellas es el Museo de la Maqueta de Payo Obispo en Quintana Roo.
Un atractivo cultural que debes visitar para decir que realmente fuiste a la capital de Quintana Roo.
¿Por qué Maqueta de Payo Obispo?
En realidad, la ciudad de Chetumal no siempre se llamó así. Fue hasta 1936 que adquirió ese nombre, que proviene del maya Ch’aak Temal, ‘Donde crecen los árboles rojos’; o bien de Chaac, que significa “lluvia”, té significa “allí”, y emal significa “bajar”.
Por lo tanto significaría “Allí donde bajan las lluvias”. Antes, sólo recibía el nombre de Payo Obispo, nombre que procedía de Fray Payo Enríquez de Rivera, virrey de la Nueva España y obispo de Guatemala en el tiempo que visitó Bacalar y desembarcó en Chetumal.
El encanto de la Maqueta
La persona que decidió diseñar y hacer la maqueta fue Luis Reinhardt McLiberty, Por lo tanto, recreó las manzanas que había en aquellos años del Payo Obispo original entre 1910 y 1930.
De hecho, las casas eran todas de madera, de un estilo llamado anglo-caribeño. A pesar de que eran resistentes, los huracanes como el Janet de 1956, contribuyeron a la destrucción de muchas de ellas.
Sin embargo, hoy día se conservan varios ejemplares aún habitados en Chetumal y otros, como recuerdos de lo que alguna vez fue Payo Obispo.
No obstante, la casa más curiosa que existe en Chetumal es de este tipo y le llaman “La Casa Voladora”, debido a que durante un huracán se desprendió del suelo por las inundaciones y ¡flotó con 30 personas en su interior! Gracias a la buena construcción del carpintero que la edificó.
Entonces, en la Maqueta podrás encontrar a Chetumal hace 100 años aproximadamente. Además, todas las casas tienen, incluso, el apellido de la familia que ahí vivía.
Por lo tanto, esta es una ardua labor digna de reconocer y un símbolo del sur de México. Recuerda que te puedes encontrar con estos impresionantes datos que nos enriquecen culturalmente. #NuncaDejesdeViajar