Dicen por ahí que la necesidad es la madre de la innovación y el Movement Hotel es un buen ejemplo.
Se trata de una ex prisión holandesa convertida en hotel y que ofrece una experiencia única para sus huéspedes y un futuro esperanzador para sus empleados.
El hotel es administrado por refugiados seleccionados de un grupo de 600 candidatos. La mayoría de ellos son sirios alojados temporalmente por el gobierno holandés.
El personal sabe que su estado de residencia es incierto, pero todos esperan ganar experiencia y construir su currículum.
Todas las habitaciones tienen escrita la palabra FREEDOM (Libertad)
“Hemos escuchado que si la situación en Siria mejora deberemos regresar”, dijo el gerente del hotel, Hachem. El gobierno holandés acepto darles refugio, pero espera que un día regresen a su país de origen.
La historia del Movement hotel en Holanda
El proyecto corrió a cargo de Rob Hoogerwerf, un holandés que reunió las donaciones y la ayuda de varias autoridades.
El personal está trabajando para obtener un certificado que les permita trabajar en la industria turística en los Países Bajos o donde quiera que terminen.
Aunque no sólo se trata de ayudar a los necesitados, en realidad su propuesta es muy original.
La cárcel de Bijlmerbajes fue una de las más notables de Holanda hasta el 2016 que fue cerrada; desde entonces permanecía totalmente desocupada.
En el hotel, los huéspedes vivirán una experiencia fuera de serie, además de que conocerán un poco de la historia de Ámsterdam.
El interior de las habitaciones luce como cualquier otro hotel, son pocos los detalles que te recuerdan que solía ser un lugar de castigo.
Claro, a excepción del alambre de púas en algunas de las paredes exteriores.
Los huéspedes son en su mayoría jóvenes que desean vivir una experiencia diferente, algo que les haga recordar que la libertad es una de las bendiciones de la vida.
¿Cómo ves? ¿Te gustaría hospedarte en este hotel? ¿Crees que se debería repetir en otras partes del mundo? Cuéntanos que piensas y recuerda ¡nunca dejes de viajar!