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Apricale, de los pueblos mas hermosos de Italia

¿Te imaginas caminando por las calles empedradas de un pequeño pueblo que parece sacado de un cuadro de Magritte? Así es Apricale, un encantador rincón en Liguria que muchos llaman “El Castillo de los Pirineos”. Este pintoresco pueblo, considerado uno de los más bellos de Italia, esconde entre sus callejuelas estrechas y casas de piedra una historia fascinante y paisajes impresionantes que te dejarán sin
aliento.

Con su atmósfera medieval y su arquitectura única, Apricale es un destino que parece salido de un cuento de hadas. Desde sus impresionantes vistas de los Pirineos hasta sus encantadoras plazas adoquinadas, cada rincón de este pueblo emana un encanto especial.

Apricale, Italia. Foto por e-borghi.

Imagina encontrarte en un escenario de cuento de hadas en plena provincia de Imperia, en la hermosa región de Liguria, Italia. Ahí, entre los majestuosos Alpes Marítimos y los Alpes de Liguria, se encuentra un pueblo que parece haber salido directamente de la imaginación de un artista.

Este encantador lugar se eleva sobre un pequeño montículo, como una piedra preciosa suspendida en el aire, con una atmósfera que te hace sentir como si estuvieras en un belén viviente.

Descubrir Apricale es una aventura única, ya sea que te aventures por las intrincadas calles que lo conectan con Triora, conocido como el pueblo de las Brujas, o que llegues desde el mar, pasando por Dolceacqua, otro rincón mágico de Liguria. Este pueblo está literalmente tallado en la piedra y se aferra a las rocas con una determinación encantadora.

Apricale. Foto por e-borghi.

Sus callejones estrechos, sus muros de piedra seca y sus puentes antiguos forman un laberinto que te invita a explorar cada rincón y a sumergirte en su rica historia.

Este es un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde cada calle empedrada cuenta una historia y cada esquina revela un nuevo encanto. Aunque las carreteras que te llevan hasta aquí pueden ser un poco tortuosas, cada curva te regala una vista panorámica impresionante y la promesa de descubrir un tesoro escondido en las montañas de Liguria.

Apricale, Italia. Foto por Italy Review.

Apricale es como un susurro encantado que desciende suavemente de las majestuosas montañas de Liguria hasta el cálido abrazo del Mediterráneo.

En lo alto del pueblo, coronando la plaza principal junto a la iglesia, se alza el Castillo del Lagarto, un balcón que ofrece vistas espectaculares de las montañas circundantes, un lugar ideal para aventurarse en un fin de semana de trekking.

Desde aquí, puedes explorar los encantadores pueblos cercanos como Dolceacqua, Triora, Montalto y Badalucco, cada uno con su propia historia y belleza única.

Dolceacqua. Foto por Visit Mónaco.

Pero la magia de Apricale no se limita solo a sus colinas y montañas; también puedes dirigirte hacia el mar o visitar Pigna, famoso por sus relajantes baños termales y su hospitalidad excepcional.

En Apricale, el tiempo parece detenerse, permitiéndote adentrarte en el silencio de la noche y contemplar el resplandor de las estrellas, especialmente después de una deliciosa cena en algún restaurante como Da Delio, donde puedes disfrutar de auténticos platos de Slow Food, como la cabra y los frijoles acompañados de un Vermentino local.

Da Delio. Foto por Ristorante Apricale.

Además de su encanto natural, Apricale también alberga una vibrante escena artística y artesanal, con talleres de artesanía donde se producen vinos finos, aceites de oliva virgen extra y otras creaciones únicas.

En tiempos ancestrales, el encantador pueblo de Apricale fungió como un punto de encuentro entre los galos de Liguria y los celtas, formando una alianza formidable que desafió incluso a la poderosa Roma. Era un lugar transitado por caballeros, trovadores occitanos y marineros, marcando así su rica historia como un cruce de culturas y tradiciones.

Taller de aceite de oliva en Apricale. Foto por Cata de Aceites.

Durante la Edad Media, monjes diligentes introdujeron el cultivo del olivo en la región, lo que resultó en la famosa “stroscia”, un helado original hecho con aceite de oliva que aún se puede disfrutar en Apricale. En aquellos tiempos, los árboles de olivo prosperaron en este territorio, donde la leche de cabra y las castañas eran los alimentos más comunes.

Las excelentes castañas se convirtieron en una fuente vital de harina, utilizada para hacer pan, pasta y, por supuesto, las deliciosas castañas asadas que siguen siendo un manjar popular en la región.

Y así, entre leyendas y tradiciones ancestrales, Apricale sigue siendo un tesoro escondido en Liguria, donde cada calle empedrada y cada rincón tienen una historia que contar. ¿Te animas a conocerlo? #Nuncadejesdeviajar!

Apricale Italia. Foto por Italy Review.
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