La comunidad de los purépechas es una de las pocas que han logrado subsistir a las influencias occidentales y las costumbres modernas. Sus integrantes se encuentran repartidos por los diferentes municipios del estado de Michoacán donde se celebra uno de los rituales más sorprendentes de México.
Se trata de la ceremonia de Kurhikuaeri K’uinchekua o año nuevo, un acontecimiento que se remonta a épocas prehispánicas cuando se le rendía culto al dios Curicaueri, la deidad más antigua de quien provienen los purépechas.
Habitantes de todos los puntos del estado se reúnen al caer la noche para ser testigos del “encendido del fuego”
La flama se comparte de persona a persona como símbolo de fraternidad al ritmo de las “pirekuas”, un canto tradicional purépecha considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Decenas y decenas de personas se reúnen en la víspera del día 2 de febrero para encender sus pedazos de madera como símbolo de esperanza del año que recién empieza.
Asombroso todo esto de la celebración de los purépechas no?
El hecho de que se realice en esa fecha no es cuestión de un capricho, sino que responde a los movimientos astrales del firmamento. Justo esa noche cuando la constelación de Orión se encuentra a la mitad de su recorrido, da inicio a una nueva etapa en el calendario de la cosecha
Purépecha significa “Lugar donde viven los p’urhé” o “Lugar donde viven las personas”
Ninguna ceremonia católica se lleva a cabo durante la celebración del año nuevo, además está prohibido ingerir bebidas alcohólicas o cualquier otro estimulante. Entonces ¿Cuál es el chiste? –Te preguntarás. Bueno, pues se considera un evento para la reflexión y la unión de los pueblos.
Los cargueros son los responsables de cuidar lo símbolos purépechas tradicionales y son muy celosos. Así que si los visitas, sé respetuoso y no te acerques más a lo que te está permitido.
Déjate sorprender por una cosmogonía diferente y date cuenta que existen otras realidades.
Y recuerda #Nunca dejes de viajar.