La ingeniería romana fue un pilar fundamental de su esplendor, y sus estructuras siguen fascinando a los visitantes de todo el mundo. Los arcos y vigas se convirtieron en elementos clave en la construcción de sus monumentos, creando un legado que ha resistido el paso del tiempo.
Sin embargo, hay una obra que, a menudo, se ve eclipsada por los famosos Coliseo y Panteón de Agripa. ¡Y es hora de darle el reconocimiento que se merece! ¡Acompáñanos en esta aventura para descubrir el Acueducto de Gadara, un tesoro escondido que espera ser descubierto por los viajeros curiosos!
¡El Acueducto de Gadara tiene 170 kilómetros de largo!
En las entrañas de la colina de la Acrópolis, donde el pueblo otomano se asienta, se escondían dos túneles secretos excavados en roca hasta el año 2004. Estos túneles, conocidos como Qanat Fir’aun (en árabe: canal del faraón), eran el secreto detrás del abastecimiento de agua a las 10 ciudades del Decápolis, con Gadara como capital, hoy en día conocida como Jordania.
Este sistema de túneles de 170 kilómetros de largo, construido entre los años 90 y 210 d.C., demostró un logro arquitectónico impresionante para la época y contribuyó significativamente al crecimiento económico y social de la región.
600 mil toneladas de roca picadas a mano
Empezando desde la frontera de Jordania, el Acueducto de Gadara fue descubierto por el profe alemán Matthias Döring, quien se quedó alucinado cuando calculó que los obreros de la época tuvieron que romper a pico y pala ¡600 mil toneladas de roca!
Pero lo que de verdad vuelve loco a cualquier amante de la ingeniería es la parte subterránea de este acueducto. ¡Más de 100 kilómetros de túnel bajo tierra! Y lo mejor es que lo hicieron con una precisión de relojería, sin GPS ni nada parecido. Cuando terminaron la obra, el agua fluía por gravedad a una velocidad de entre 300 y 700 litros por segundo. ¡Imagínate la de gente que podía refrescarse al mismo tiempo!
Una obra inconclusa
Actualmente, el Acueducto de Gadara ya no funciona. En el siglo VIII d.C., un terremoto destruyó la ciudad de Gadara y dañó gravemente el acueducto, lo que significó el fin de su funcionamiento. Y no fue solo eso, ¡el río que lo alimentaba se secó con el tiempo y la explotación!
Desafortunadamente, el acueducto nunca fue concluido, por lo que las marcas de trabajo se destacan más en sus últimos 380 metros. ¡Es como si el tiempo hubiera detenido su marcha en ese momento y hubiera dejado una huella indeleble de la forma en que se construyó!
¿Cómo visitar el Acueducto de Gadara?
La zona de acceso y la construcción superior son las únicas que permiten acceso al público, y para disfrutar de ellas, necesitas una visita guiada. ¡Y no te pierdas el Museo de Arqueología, ubicado en una vieja casona otomana, que exhibe una gran variedad de objetos arqueológicos de la región!
Sin duda, conocer Gadara y su maravilloso acueducto en una experiencia que no te puedes perder. Organiza tu viaje, adéntrate en el pasado, ¡que Jordania te espera!
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